La desventaja de ser el primero

Es común escuchar en el ambiente emprendedor que el primero que implementa una idea innovadora cuenta con significativas ventajas por sobre potenciales competidores, por el solo hecho de ser el pionero.

En efecto, en 1934 el economista alemán Heinreich von Stackelberg formalizó matemáticamente lo anterior al modelar el comportamiento de dos firmas que toman decisiones comerciales en periodos sucesivos, lo que permite que la que juega primero pueda comportarse estratégicamente al considerar en sus decisiones comerciales que las mismas afectan las decisiones de su firma competidora.

Ello, que la literatura económica conoce como la First Move Advantage (FMA), se justificaría además en que el ser primero permitiría ganarse la lealtad de los consumidores por medio de una fuerte generación de marca, relaciones contractuales que dificulten el cambio de proveedor de un servicio específico y otras opciones que desincentiven a los consumidores cambiar el proveedor inicial.

La literatura económica también identifica que la eventual existencia de (i) economías de escala, (ii) ganancias en términos de costo por la curva de aprendizaje y, (iii) control sobre activos clave una vez que se ingresa a operar en el nuevo mercado, aumentarían los eventuales beneficios de ser la empresa que inicia las operaciones de un determinado mercado.

Sin perjuicio de todo ello, es necesario ser cuidadoso a la hora de juzgar la importancia de ser el primero; las condiciones del mercado, en términos de evolución, competencia y dinamismo tienen fuertes implicancias a la hora de evaluar si ser pionero constituye una ventaja o no. En efecto, en mercados dinámicos, en que los niveles de inversión en innovación son relevantes para reducir costos, puede ser más conveniente ser un seguidor que ser el primero[1].

Así, puede que los costos asociados a ser el primero sean mayores a los beneficios que ello implicaría, ya que los seguidores podrían aprovecharse gratis de la creación de un mercado por parte del pionero, además de aprender de los errores del mismo y tener menos incertidumbre a la hora de ingresar al negocio.

Luego, es fundamental tener en cuenta la posibilidad que tienen los seguidores de replicar el producto o servicio comercializado. En aquellos casos en que el know how para el desarrollo de productos no es un activo que no se puede replicar, ni existe una fuerte fidelidad de marca, tampoco existiría una ventaja por ser el que inicia el mercado.

Esto adquiere mayor relevancia en el mundo actual, en que los niveles de innovación son cada vez más altos y los consumidores están cada vez más dispuestos a experimentar en su consumo[2], ya que las condiciones necesarias para que la ventaja de ser primero sea efectiva se dan de manera cada vez más escasa.

 

[1] Kopel, Michael and Löffler, Clemens, (2008), Commitment, first-mover-, and second-mover advantage, Journal of Economics, 94, (2), 143-166.

[2] Lelia Voinea and Alina Filip, (2011), Analyzing the Main Changes in New Consumer Buying Behavior during Economic Crisis, International Journal of Economic Practices and Theories, 1, (1), 14-19

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