Los ecos de Roma

Autor: José Tomás Quiroga.

 

Para algunas personas, el Imperio Romano tiene impacto sólo en los libros de historia y derecho. Sin embargo, cabe preguntarse qué influencia tiene hoy Roma sobre los territorios que ocupó. ¿Podría ser que el haber sido parte del Imperio tenga un impacto en el nivel de desarrollo actual?

En mi investigación “Divide et Praegressio: The Effects of Hadrian’s Wall on Britain’s Longlasting Development” estudié estas preguntas para la zona del norte de Inglaterra. Este ambiente es propicio para el estudio, pues los romanos tenían una frontera clara y delimitada: el muro de Adriano, que los romanos construyeron simplemente en el punto más angosto de la isla británica, lo que es importante porque de este modo sabemos que no influyeron otras variables – el desarrollo de los pueblos allí presentes, la altura o la calidad de la tierra – en la decisión de separar la isla en ese punto. Por lo tanto, es razonable pensar que la única diferencia entre quienes estaban justo al sur del muro y justo al norte de éste es justamente el muro. Ello permite considerar la zona al sur del muro como un grupo al que se le aplica el tratamiento de “ser romano”, y la del norte como un grupo “control”, logrando conocer el efecto de los romanos en diferentes dimensiones comparando ambos grupos.

Utilizando métodos econométricos, encuentro que hoy en día la zona inmediatamente al sur de la frontera romana tiene un 50% más de luminosidad (un indicador de prosperidad) y también un mayor nivel de conectividad. Los resultados también sugieren que hay mejor desempeño escolar y mayor población al sur del muro.

Estos hechos son tremendamente interesantes, pues la presencia romana al sur del muro hace casi dos mil años tendría un impacto en distintas variables hoy día, algo que no es obvio. Mas, cabe preguntarse si este impacto positivo existió desde que los romanos evacuaron Britania, poco antes de la caída del imperio de Occidente, o si apareció de forma fortuita mucho después.

Para responder esto, recolecté y analicé un gran número de bases de datos muy distintas entre sí. Así, utilicé la presencia de monasterios (muchos estudios muestran como éstos eran centros de riqueza) entre los siglos X y XIV como signo de prosperidad similar a la luminosidad. Encontré que los monasterios son más numerosos y son fundados 100 años antes en el lado romano del muro. Bajo esa misma lógica, en el lado romano se dejaron un 33% más de testamentos entre los siglos XV y XIX, como otra medida más de la riqueza general. Esto demuestra que al sur del muro ya existía una mayor riqueza apenas 500 años después de la caída del Imperio de Occidente, y que ésta se mantuvo a través de los años. Además, también existió una mayor cantidad de caminos en 1675 y de ferrocarriles en 1851 al sur del muro. Los resultados también sugieren que hay una ventaja en términos de capital humano (medido como capacidad de leer) y de población al sur del muro antes de la revolución industrial.

Mi hipótesis es que gran parte de este progreso superior se debe a que al sur del muro se fundaron ciudades, se unió a la isla por medio de una maravillosa red de caminos y se interconectaron mercados, de tal forma que incluso tras la caída de Roma y las invasiones anglosajonas, estos factores permitieron que la zona al sur del muro se desarrollara inicialmente más que la del norte, comenzando un “efecto dominó” a través de la historia, que permanece visible hasta hoy.

Todos estos resultados sugieren que, al menos en el contexto local de Gran Bretaña, el haber sido provincia romana dejó un legado positivo e imborrable, desde el abandono de la provincia hace 15 siglos hasta hoy; dándole la razón a Máximo en Gladiador: what we do in life, echoes in eternity.

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