Antisemitismo ayer y hoy

Autora: Emily Jacob.

 

En noviembre pasado el posible candidato a la presidencia y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, señaló en una entrevista a El Mercurio[1] que tenía ciertos problemas con la comunidad sionista, lo que dio pie a una serie de comentarios respecto de un eventual antisemitismo del alcalde. Las controversias de Jadue respecto de este tema han sido reiteradas y bastante polémicas[2], pero no es el único.

El antisemitismo ha existido a lo largo de la historia, iniciándose hace cientos de años y perdurando hasta hoy.

No cabe duda que desde los inicios del antisemitismo los factores culturales y políticos han estado en juego, pero –al parecer- los factores e incentivos económicos también han influido en este conflicto interétnico.

Becker y Pascali[3] en su artículo publicado en la prestigiosa American Economic Review, estudian el papel de los incentivos económicos en la configuración de la coexistencia de judíos, católicos y protestantes, utilizando datos de Alemania entre los años 1.300 y 1.900 para más de 2.000 ciudades. En su investigación, muestran que la geografía del antisemitismo está relacionada con la geografía de las interacciones económicas entre la minoría judía y la mayoría cristiana.

Los autores explican que en los dos primeros siglos, los judíos tenían una ventaja comparativa en el sector de los préstamos en regiones católicas, principalmente por dos razones. Primero, porque la prohibición católica de la usura impedía que los católicos prestaran con interés, mientras que permitía a los judíos hacerlo. Segundo, porque los niveles de capital humano eran más altos entre la minoría judía en comparación con la mayoría católica. Esto llevó a que el servicio como prestamistas fuera la principal ocupación de los judíos en Alemania.

Después de la Reforma Protestante (1517), las tierras alemanas se dividieron entre católicos y protestantes. Los puntos de vista protestantes sobre la usura eran menos restrictivos, y los préstamos protestantes estaban permitidos. Además, Martín Lutero instó a promover la educación, reduciendo la brecha de capital humano entre judíos y la población mayoritaria.

Así, mientras que en las zonas católicas persistieron las “complementariedades” entre católicos y judíos, en las zonas protestantes los judíos perdieron sus prerrogativas en la banca y las finanzas, con lo cual estuvieron expuestos a la competencia, lo que a su vez llevó a un aumento del antisemitismo en la Alemania protestante en relación con la Alemania católica. Este aumento relativo se acentuó más en las ciudades donde los judíos ya se habían establecido como prestamistas. De tal forma, luego de la Reforma Protestante, las masacres y expulsión de judíos y las actitudes antisemitas, empeoraron en las regiones que se volvieron protestantes en comparación con las que permanecieron católicas.

 

¿Y actualmente?

Hoy en día en el ámbito sociopolítico a nivel global, hay una ola de antisemitismo creciente. Ésta está impulsada por comunidades marginales de la web, ya que su naturaleza ubicua y global ha proporcionado herramientas utilizadas por estos grupos para difundir su ideología.

Zannetou, Finkelstein, Bradlyn y Blackburn[4] presentan un estudio cuantitativo a gran escala del antisemitismo en línea, donde recopilaron más de 100 millones de publicaciones de julio de 2016 a enero de 2018 de comunidades web de extrema derecha.

Estos autores encontraron que los insultos raciales y étnicos están ganando popularidad en las comunidades marginales de la web y que esta tendencia es particularmente notable para el lenguaje antisemita. Además, explican que el uso de términos étnicos y antisemitas en las comunidades web aumenta considerablemente su frecuencia (en algunos casos más del doble) después de importantes eventos políticos como las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016 y la manifestación “Unite the Right” en Charlottesville. Adicionalmente descubrieron que actualmente las facetas del lenguaje antisemita van desde insultos hasta teorías de conspiración basadas en la literatura bíblica.

El antisemitismo ha sido un presagio histórico de conflictos étnicos, en los cuales influyen factores culturales, políticos y económicos los cuales se remontan a los años 1.300 o antes. Si bien hoy en día las organizaciones han abordado el antisemitismo y sus problemas sociales asociados durante décadas, la escala y velocidad de la web ha suscitado el crecimiento y la propagación del odio en línea y así, nuevas preocupaciones al respecto. Parece que muchas cosas han cambiado, pero otras perduran.

 

[1] El Mercurio, 8 de noviembre de 2020. Obtenido de  https://digital.elmercurio.com/2020/11/08/R/LI3SF6JF#zoom=page-width

[2] La Tercera, 30 de noviembre de 2020. Obtenido  de  https://www.latercera.com/opinion/noticia/la-bitacora-antisemita-de-jadue/IVJHJDZPH5DERHZYC6TGHFM63E/

[3] Becker, S. y Pascali, L. (2019) “Religion, Division of Labor, and Conflict: Anti-semitism in Germany over 600 Years”. American Economic Review. Vol. 109. No 5. (pp. 1764-1804). Obtenido de https://www.aeaweb.org/articles?id=10.1257/aer.20170279

[4] Zannettou, S., Finkelstein, J., Bradlyn, B. y Blackburn, J. (2019) “A Quantitative Approach to Understanding Online Antisemitism”. Obtenido de https://arxiv.org/pdf/1809.01644.pdf

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