Por Carolina Evans
Los juegos panamericanos se han robado las pantallas el último tiempo en nuestro país. Todos hemos disfrutado de ver a nuestros atletas competir y distinguir en las distintas disciplinas de estos juegos, los que a su vez han generado una atmósfera nunca antes vista en torno al deporte. Casi al mismo tiempo fuimos testigos de cómo se frustró nuestra expectativa de organizar pronto un mundial de fútbol.
Lo anterior lleva a preguntarse si ser el anfitrión de eventos como estos es realmente beneficioso para los países. Como todo, albergar eventos deportivos como mundiales de fútbol, juegos olímpicos o, en menor escala juegos panamericanos, tiene costos y beneficios.
El principal costo corresponde a las grandes inversiones que se deben realizar. Dichos eventos suponen la construcción de las instalaciones, infraestructura y facilidades necesarias para que se lleven a cabo todas las competencias, recibir a los deportistas, recibir al volumen de turistas que acompaña al evento, entre otros. Según una entrevista realizada al director ejecutivo de la Corporación Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, el costo de los juegos panamericanos y para panamericanos 2023 sería de alrededor de 650 millones de dólares [1] . Muchas veces las instalaciones quedan abandonadas y/o no se alcanza a amortizar la inversión (Coates &Humphreys, 2008).
Adicionalmente existe un costo de oportunidad del uso de recursos, esto es, el costo de utilizar los recursos en albergar el evento en lugar de en otros temas de importancia para el país como lo pueden ser la salud, educación, entre otros.
En el turismo es posible ver tanto costos como beneficios. Por un lado, aumenta la cantidad de turistas con la asistencia de extranjeros al evento, los cuales incurren en gastos como entradas, alojamiento, comidas, etc., impulsando la actividad de dichos sectores. A modo de ejemplo, Matheso (2018) documenta que los precios de hoteles pueden hasta triplicarse, Rodríguez (2014) documenta que en Alemania los negocios de alimentación fueron los más beneficiados, en línea con lo que encuentran Acuña y Suzarte (2013) para Sudáfrica, donde los sectores que tuvieron mayores ganancias fueron el retail y cadenas de restaurantes. Adicionalmente, los visitantes pueden contar de su experiencia a otros, aumentando la cantidad de turistas potenciales (Acuña y Suzarte 2013).
Por otro lado, existe un efecto “crowding-out” correspondiente a que la cantidad de gente y congestión disuade a extranjeros a visitar el país anfitrión durante el evento. A modo de ejemplo, Baade y Matheson (2004) encuentran que los turistas del futbol desplazaron al público objetivo de Disney y Universal durante el mundial de Orlando 1994.
Llevar a cabo las inversiones necesarias y atender al volumen de personas que vistita requiere de mano de obra, lo que genera efectos positivos en el desempleo. La evidencia apunta a que este efecto se generaría principalmente en el período previo al evento. En este contexto Tien, Lo & Lin (2011) encuentran evidencia de una caída en el desempleo en los países que albergaron juegos olímpicos, durante los años a
anteriores a la celebración de éstos.
Otros beneficios son la marca país que se genera y el orgullo de los ciudadanos de ser la sede de un evento deportivo importante. Allmers & Maennig (2009) identifican que aumentó la felicidad de los alemanes luego de la Copa del Mundo, además luego de medio siglo los alemanes estaban ansiosos por izar su bandera. Por su parte, Acuña y Suzarte (2013) encuentran que en Corea del Sur la alegría de ser parte de la organización de un mundial hizo que los habitantes se sintieran gratificados, se olvidaran los problemas políticos, corrupción y guerras, y se sintieran orgullosos de ser coreanos.
¿Se reflejan estos beneficios en indicadores económicos como el crecimiento del PIB? En otras palabras ¿se observan estos beneficios en la economía en general? La evidencia es mixta respecto de este tema. Tien, Lo & Lin (2011) encuentran un efecto positivo de albergar los juegos olímpicos sobre el crecimiento del PIB, el cuál es de corto plazo y se observa en los años previos al evento. Por su parte, Mello (2022) no encuentra evidencia significativa que muestre crecimiento en el PIB en los países anfitriones de un mundial. Rodríguez (2014) encuentra un efecto positivo de albergar un mundial sobre la tasa de crecimiento del PIB per cápita para cuatro de siete países durante el año del evento, para un país en los años previos al evento y para dos países en los años posteriores al evento.
No cabe duda que los juegos panamericanos y para panamericanos 2023 han aumentado el sentimiento de orgullo y la marca país en Chile. Sin embargo, el efecto económico de este evento aún se está por ver. En el intertanto, asegurar el uso de las facilidades e infraestructura construidas para este evento es un gran paso inicial para asegurar el beneficio de dichas inversiones.
Referencias:
[1] Ver https://www.camara.cl/cms/noticias/2023/07/13/panamericanos-la-inversion-llegaria-a-los-usd-650-
millones/
