Entrevista a Sebastián Rivas: Biden v/s Trump ¿Round 2?

La carrera presidencial de Estados Unidos está próxima a definir a sus competidores y todo hace presumir que Joe Biden, actual presidente, y Donald Trump, ex presidente, volverán a enfrentarse.

Para conocer más sobre el panorama de la lucha por el despacho oval contactamos al director de incidencia de Pivotes, Sebastián Rivas. El destacado periodista, ex editor digital del diario La Tercera, ha realizado varias coberturas de las elecciones estadounidenses, destacando la que llevó a Trump a la Casa Blanca en 2016.

 

Contrafactual: ¿Cómo te vinculas tú con las elecciones de Estados Unidos? ¿qué es lo que te cautiva de estos procesos eleccionarios?

Sebastián Rivas: Mira, las elecciones estadounidenses son muy particulares porque, primero que todo, son un sistema muy especial de elección, es un sistema que no es directo, es vía electores y en el fondo no es una gran elección, sino que son prácticamente 50 elecciones distintas. En cada estado hay un sistema de elección donde en la gran mayoría el que gana el estado se lleva a todos los electores sin importar por cuánto sea la diferencia.

Eso hace que las estrategias de campaña sean particulares, que la elección no sea focalizada en todo el país, sino que en algunos puntos específicos. Además, tienen un sistema de primarias que es muy particular, tampoco es una primaria simultánea como tenemos en Chile, sino que son primarias por Estado. Y eso hace que sea un lugar muy interesante, muy atractivo y donde siempre uno va viendo innovaciones, sobre todo para las campañas y las estrategias políticas.

Por ejemplo, el tema de uso de redes hace varios años se disparó con la campaña Barack Obama en 2008.

Las elecciones estadounidenses, para mí, son un punto sumamente importante porque marcan, de alguna forma, la agenda de la política occidental. Lo vimos hace muchos años también con las elecciones de Bush contra Gore. ¿Te acuerdas?

 

CF ¿Cómo ves el panorama general ahora? En medio de la primaria republicana, parece que Trump va a ser el candidato y se va a volver a enfrentar a Joe Biden.

SR Creo que acá hay una situación bien particular. Si bien la elección anterior fue extraña por el COVID, de hecho, uno de los primeros hitos de la pandemia mundial fue que los demócratas suspendieron sus debates. Había debates programados, estaba muy firme la disputa entre Bernie Sanders y Joe Biden y se empiezan a cancelar los debates. Entonces, fue una campaña atípica. Pero, de todas maneras, pese a ser una campaña atípica hubo primarias, hubo un esquema de voto, digamos así, y Bernie Sanders hasta el final mantuvo campaña, lo cual es, entre comillas, una de las cosas más complejas de la campaña de las primarias.

En las primarias compites al interior de tu partido y luego compites con el adversario. Entonces eso hace que habitualmente quienes están sujetos a una primaria más larga estén en un escenario de desventaja, porque el candidato del partido adentro le da con todo y son críticas que después son muy fáciles de usar por tu adversario.

Para las elecciones de noviembre Joe Biden, obviamente, está de manera testimonial en la primaria, porque va a ser el candidato demócrata sí o sí, pero en el caso de los republicanos la duda es cuán rápido va a ganar Donald Trump.

Es muy interesante porque, de hecho, en anteriores ocasiones las primarias han comenzado en febrero y ahora estando en enero, hay una posibilidad de que este proceso ni siquiera llegue a lo que se denomina el “super martes”, que es el primer martes de marzo, donde varios estados tienen programadas sus primarias, porque Donald Trump tiene una ventaja tal que es muy posible que la única candidata que queda ahí en juego en los republicanos, Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur, pierda su propio estado. Carolina del Sur es el estado siguiente en juego. ¿Por qué es importante esto? La duda es cuánto va a aguantar Hailey con la presión de un Partido Republicano que está prácticamente en completo cuadrado con Trump.

Hay pocas dudas de que Donald Trump va a ser el candidato. Sería muy extraño que no lo fuera. Tendría que pasar algo que uno no se imagina que ocurra porque Donald Trump, usando un concepto muy chileno, es de teflón. A Donald Trump lo acaban de condenar por más de 80 millones de dólares en daños civiles en un juicio de una mujer que lo demandó por violación y el tema que a cualquier otro candidato en casi cualquier otra parte del mundo lo destruye para sus seguidores no más que un pie de página, es parte de una persecución.

La gran duda, finalmente, es cómo esto está balanceado en la población general. Con republicanos muy pro-Trump y con los demócratas un poco recelosos de Joe Biden el tema es finalmente, ¿qué vamos a hacer con los independientes?

CF Ya que mencionaba a los independientes, Robert Kennedy Jr., ¿qué rol va a jugar en una eventual candidatura?

SR Acá las grandes dudas son, primero, dónde van a ir esos candidatos independientes, segundo a quién le van a quitar voto. En el caso de Robert Kennedy Jr., la duda es si llega la papeleta, no es tan claro que solamente le saque votos a Biden.

Robert Kennedy JR. es un nombre que evidentemente evoca a las tradiciones más profundas del Partido Demócrata del último siglo, tiene un apellido que es realeza al interior del partido. Hoy sus ideas están bastante lejanas de ese sector. Tiene un perfil más bien cercano a las teorías conspirativas, es anti vacunas, es un personaje bastante disruptivo dentro del esquema y por lo tanto la duda es dónde podría afectar.

Otra duda es si va haber alguien que surja por el lado de la gente cercana al Partido Republicano para tratar de quitarle votos a Trump. Recordemos que la elección es indirecta, y es importante mirar cuáles podrían ser los potenciales defectos de un candidato de tercera línea estado por estado.

CF Volviendo a Trump, hablábamos de que es casi segura su nominación como candidato Republicano. ¿Quién se perfila para ser el compañero de fórmula y qué rol va a jugar dentro de la elección?

SR Donald Trump tiene una habilidad gigantesca para decir cosas y luego negar que las dijo. Hace unas semanas dijo que él tenía totalmente claro que tenía que ser su vicepresidente. Después dijo que no lo había dicho, pero está grabado. Pero lo cierto es que finalmente el perfil que puede elegir Donald Trump para un vicepresidente primero va a pasar porque sea alguien que tenga total anuencia con respecto a sus ideas. ¿Por qué esto es importante? Porque no fue lo que ocurrió en el periodo anterior donde Mike Pence, el vicepresidente que él había escogido, un político de carrera del Partido Republicano. Fue Pence quien termina desbaratando la insurrección que intenta hacer Donald Trump el día en que se tenían que oficializar el triunfo de Joe Biden.

El vicepresidente tiene muy escasos roles, pero uno de los roles importantes es presidir esa ceremonia. Había dudas de cuál era el margen que podía tener el vicepresidente para intervenir. Mike Pence básicamente adscribió la teoría mayoritaria, que es que el vicepresidente no tenía facultades para cambiar, pero hasta el día de hoy eso se lo cobra Donald Trump como algo que fue una traición.

Entonces, dentro de ese esquema hay algunas figuras que destacan para ser candidato o candidata a vicepresidente, una de las figuras que destaca es Christine Noem, la gobernadora de la Dakota del Sur. Es una figura bastante conservadora dentro del Partido Republicano. También tiene un perfil relevante dentro de una nueva generación Republicana y podría servir de balance a Donald Trump.

Durante la presidencia de Trump era una parlamentaria que aparecía vinculada a teorías de la conspiración, sin embargo, en el último año y medio ha tenido una reconversión bastante fuerte, pasando a ser incluso una de las figuras de liderazgo. Hay quienes dicen que ella podría ser también una alternativa a Donald Trump.

El posible candidato presidencial republicano está próximo a cumplir 78 años, por lo tanto quien lo acompañe ante un tema de salud o ante cualquier circunstancia, es quien lo puede reemplazar. Además, si llega a ganar Donald Trump y no se modifica la Constitución, este sería su último periodo. Habitualmente quien tiene la preferencia dentro del partido gobernante para postular es el vicepresidente.

CF ¿Hay un peso específico del partido Republicano en la candidatura o es eclipsado por Donald Trump?

SR Esta es una de las grandes preguntas, porque hay quienes dicen que el Partido Republicano a capitulado ante Trump. Yo adhiero a quienes piensan eso. Él ha utilizado la infraestructura del Partido Republicano y se ha saltado a las reglas en numerosas ocasiones, es una figura que básicamente no viene de las raíces del Partido Republicano, de hecho, en sus comienzos se definía más bien como un demócrata.

Sus posiciones son bastante extrañas, tiene cercanía con Rusia y con China, algo extraño para los Republicanos. Y esta mirada más bien ecléctica hace que sea un político bien incalificable desde el punto de vista de la línea clásica republicana. Es más bien un populista que ni siquiera uno lo podría encasillar en una cierta línea. Entonces, desde ese sentido, el Partido Republicano completo se ha desdibujado dado que Donald Trump es el que está mandando todas las instrucciones.

Hay otros que dicen no, lo que ocurre es que el Partido Republicano está usando a Trump. Y tienen argumentos para sustentarlo, el que Trump haya sido el presidente de Estados Unidos les dio a los Republicanos una de las cuotas de poder más importantes que hay en ese país, que es una mayoría a prueba de balas en la Corte Suprema. Durante la administración lograron nominar a tres jueces, eso implicó que quedaran 6-3. Hace mucho rato que no pasaba y eso por ejemplo permitió fallos como aquel que retrotrajo la situación del aborto que se entendía zanjada por la Corte Suprema hace 50 años.

CF Hablemos ahora sobre la figura de Joe Biden. ¿En qué pie está para la elección?

SR En el caso de Joe Biden se da una paradoja bastante particular, tiene buenos números económicos, que suelen ser uno de los factores predictivos más altos para saber si un presidente es reelecto o no, pero su popularidad está bastante baja, no a niveles críticos como lo que conocemos en Latinoamérica, pero en torno al cuarenta y algo por ciento, que es bajo para un presidente estadounidense de que busque la reelección.

Por otra parte, Biden ha tenido críticas internas como, por ejemplo, su posición ante el escenario de Israel y su ataque en Gaza. Eso en particular lo tiene muy complicado en la frontera interna.

El tema de la edad también se ha desatado entre otras cosas porque Biden ha tenido una serie de episodios en público que llaman la atención. Ahora, para quienes siguen la política estadounidense hace muchos años, saben que el actual presidente es una máquina de lo que se denomina los gafes.

La edad es un factor para Biden, pero si esto es así, también lo será para Trump. La diferencia entre ambos son dos años y uno también aprecia en Donald Trump ciertos comportamientos que son erráticos y, por lo tanto, si está intentando levantar ese punto en campaña, puede ser neutralizado entre ambos.

Es muy particular que sea Donald Trump el que está usando el argumento con mayor fuerza dado que la diferenciada es bastante poca. En Estados Unidos sí es un tema que importa y probablemente si hubiera un candidato más joven, podría ser un argumento contra, ya sea desde los demócratas contra Trump o ya sea desde los republicanos contra Joe Biden, porque cualquiera que sea electo sería el presidente que va a ingresar a la Casa Blanca con mayor edad en la historia de Estados Unidos.

CF Mencionaste los buenos números económicos de la actual administración. ¿Qué debe esperar la economía del mundo de esta elección?

SR Creo que, en términos de grandes números, en los últimos años, con los demócratas, ha habido una gran performance económica, lo que con los republicanos fue más bajo. Sin perjuicio de eso, es difícil desvincularlo a otros temas, como por ejemplo la guerra.

La situación puede cambiar dependiendo de quien gane, recordemos que Donald Trump es mucho más flexible para negociar con Rusia, por ejemplo, o que tiene postura más proteccionista de la economía que es algo extraño en un republicano.

Hoy Biden ha logrado que en general la situación en Estados Unidos esté estable económicamente.

CF Finalmente, América Latina, ¿qué debería esperar de esta elección?

SR Hay dos dimensiones. Una es la geopolítica, donde en general Trump no miró mucho la región, más allá del tema de la migración, que es donde uno podría esperar que fueran más duros con los latinoamericanos. Biden no recuperó la relación con la región con la intensidad que uno hubiera esperado de un demócrata. En general, los demócratas siempre han tenido relaciones un poco más cercana con Latinoamérica.

Cabe agregar que sería totalmente ingenuo creer que la elección no tiene otros efectos, entre ellos el efecto psicológico. Creo, en lo particular, que no hay un Jair Bolsonaro o un Javier Milei sin un Donald Trump. Figuras que están más hacia la derecha del espectro político y que se ven azuzados por un populismo similar al del candidato republicano que va contra todo, contra los políticos, que suena como un outsider, que ocupa los medios, estas figuras se ven animadas y empujadas cuando una candidatura como la de Trump tiene éxito y en ese sentido uno podría esperar que un triunfo de Trump siga estimulando liderazgos de ese tipo

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