Las razones de la anti inmigración

Por Emily Jacob.

El sábado 12 de febrero se anunció Estado de Excepción en cuatro provincias de la zona norte del país, fronterizas con Bolivia y Perú. Esto se decretó como parte de un acuerdo para inducir al gremio de los transportistas a finalizar el bloqueo de carreteras en la zona producto de la muerte de un camionero, en la que presuntamente estuvieron implicadas tres personas venezolanas [1].

La aplicación de un Estado de Excepción forma parte del intento a enfrentar la crisis migratoria que viene desde hace tiempo, evidenciándose en la promulgación a principios de 2021 de la Nueva Ley de Migración y Extranjería [2]. Todo esto se enmarca en un país que a diciembre de 2021 cuenta con un 8% de población extranjera, lo cual representa el 11% de la fuerza laboral [3].

En el contexto que se está viviendo resulta interesante preguntarse cuáles son las razones que llevan a algunas personas a ser anti inmigrantes. La literatura que aborda este tema en general cuestiona la importancia que tienen los factores económicos, que conciernen en su mayoría a la competencia en el mercado laboral y los factores no económicos, referidos a preocupaciones culturales.

En relación a los factores no económicos hay evidencia que muestra que las preocupaciones con respecto al impacto que tiene la inmigración sobre las tasas de criminalidad y sobre cuestiones culturales y de identidad nacional se correlacionan significativamente con las preferencias de la política de inmigración. La amenaza cultural afecta a todas las fuentes de inmigrantes nuevos y culturalmente distintos, donde la aprehensión cultural aumenta sustancialmente la oposición a la inmigración. En relación a la ideología, como es de esperar, los individuos más conservadores prefieren una política de inmigración más restrictiva.

Sin embargo, no todo es cultural. En general las investigaciones en esta materia evidencian que la posición de las personas en la fuerza laboral influye en sus opiniones sobre políticas de inmigración. Por ejemplo, Scheve y Slaughter (2001) [4] encuentran que en Estados Unidos es mucho más probable que los trabajadores menos calificados prefieran limitar la afluencia de inmigrantes al país, y que aumentar el salario de ocupación o aumentar los años de educación, ceteris paribus, reduce la probabilidad de apoyar las restricciones de inmigración.

En la misma línea, la investigación de Mayda (2006) [5] obtiene -a través de datos de países desarrollados y en desarrollo- que las personas calificadas tienen más probabilidades de favorecer la inmigración en países donde los nativos son más calificados que los inmigrantes y oponerse a ella de otra manera. Por otro lado, las personas que trabajan en ocupaciones con una proporción más alta de inmigrantes en comparación con nativos, parecen tener más probabilidades de oponerse a la inmigración.

La influencia de factores económicos también se puede evidenciar a través del artículo de Malhotra et al. (2013) [6], el cual analiza las actitudes de los estadounidenses hacia las visas H-1B (en su mayoría ocupadas por inmigrantes indios, quienes son calificados, pero étnicamente distintos). Los resultados muestran que las personas empleadas en el sector de alta tecnología tienen muchas más probabilidades de oponerse a la entrega de visas H-1B para extranjeros que encuestados similares pero empleados fuera del sector de alta tecnología. Estas diferencias no se deben a consideraciones culturales entre trabajadores de alta tecnología y otros individuos, sino que posiblemente se deben a la situación de mercado laboral que enfrentan los de alta tecnología debido a una posible competencia por los puestos de trabajo.

De esta forma, los hallazgos anteriores confirman la suposición de que las actitudes hacia los inmigrantes estan relacionadas con las preocupaciones del mercado laboral, y es probable que exista oposición al tipo de inmigración que es percibida como amenaza directa a los intereses económicos. Lo anterior rechaza una visión en la que solo cuestiones no económicas dan forma a las actitudes hacia los extranjeros.

Los determinantes de la antiinmigración no vienen dados únicamente por cuestiones culturales, sino que también por factores económicos como las condiciones del mercado laboral. De esta forma, para hacer frente a la crisis migratoria por la que estamos pasando se deben generar buenas políticas públicas que tomen en consideración lo anterior.

Referencias:

[1] https://www.dw.com/es/chile-la-crisis-migratoria-que-desbord%C3%B3-al-gobierno/a-60777535

[2] https://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/ley-de-migracion-y-extranjeria

[3] https://www.ine.cl/prensa/2021/12/10/servicio-nacional-de-migraciones-junto-al-ine-publican-el-primer-bolet%C3%ADn-de-empleo-migrante

[4] Scheve, K.F. y Slaughter, M.J. (2001). “Labor Market Competition and Individual Preferences Over Immigration Policy”. Review of Economics and Statistics, 83, 133-145.

[5] Mayda, A.M. (2006). “Who Is Against Immigration? A Cross-Country Investigation of Individual Attitudes toward Immigrants”. The Review of Economics and Statistics, 88, 510-530.

[6] Malhotra, N., Yotam, M., y Hyunjung, C. (2013). “Economic Explanations for Opposition to Immigration: Distinguishing between Prevalence and Conditional Impact”. American Journal of Political Science Vol. 57, No. 2, pp. 391-410.

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