En general los chilenos asociamos a México con tacos, burritos y tequila. También lo asociamos con el Chavo del 8, Cantinflas y uno que otro cantante de rancheras. En cambio, los asociamos poco con el grave problema de narcotráfico y violencia que los aqueja hace varios años y que para ellos está muy presente. Sin embargo, para los mexicanos terminar con el narcotráfico es una prioridad en términos de políticas públicas.
En un trabajo publicado en 2015 en la prestigiosa revista académica AER, Melissa Dell de la universidad de Harvard, estudió el efecto de políticas implementadas en México para combatir el narcotráfico. Usando técnicas estadísticas rigurosas, Dell encuentra que la violencia asociada a la droga aumentó en aquellas municipalidades donde la política contra el narcotráfico fue más dura o efectiva (lo que ella asume depende si el alcalde era del mismo partido que gobernaba el país).
En el estudio se muestra que en las municipalidades donde se aplicó “mano dura”, la tasa de homicidios relacionados con el comercio de drogas aumentó entre 33 y 42 homicidios por cada 100.000 habitantes al año. Cálculos informales de la autora sugieren que la represión en México fue responsable de cerca de la mitad del aumento de homicidios en México en los últimos años.
¿Cómo se explica que la violencia haya aumentado cuando la política fue efectiva?
La explicación que da la autora es que los traficantes locales se debilitaron después que se aplicó “mano dura”, lo que dio paso a que nuevos traficantes trataran de usurparles el territorio.
La conclusión es obvia. Una política represiva o muy agresiva, no va a reducir necesariamente el narcotráfico ya que puede haber efectos indeseados los que podrían ser contraproducentes. Incluso más, una conclusión general es que el diseño de políticas públicas debe ser bien pensado aunque la solución parezca intuitiva -independiente de si se trata de la guerra al narcotráfico u otra cosa-. Siempre se deben buscar potenciales efectos colaterales que son difíciles de predecir ex ante.
A esta sencilla y obvia advertencia se le pueden encontrar varias aplicaciones. Pensemos en cómo terminar con la violencia en la Araucanía, a quién entregar educación superior gratuita o cuántos días se deberían demorar las grandes empresas en pagar a sus proveedores. Cualquiera de las opciones que se tomen va a tener consecuencias inesperadas que pueden “atornillar al revés”.