Desigualdad económica, poder político y Game of Thrones

El pasado 14 de abril se estrenó la octava y última temporada de Game of Thrones, serie basada en las novelas escritas por George R. R. Martin y que dará cierre a los conflictos políticos, bélicos y socioculturales de Poniente, donde distintas familias buscan quedarse con el Trono de Hierro para poder gobernar los “siete reinos”.

Las problemáticas sociales presentadas en esta serie han motivado el desarrollo de diversos análisis sobre las lecciones de economía que se derivan de la historia. Según Martin, en el universo de Game of Thrones, los problemas económicos y la concentración del poder político son temáticas centrales.

Si bien la serie presenta una sociedad medieval con un sistema económico similar al del feudalismo, pone en evidencia problemáticas que son contingentes al mundo actual. ¿Cómo el poder económico y la desigualdad de la riqueza permiten el control político que, a su vez, facilita la formación de elites?, ¿cómo ese poder perpetúa la desigualdad a través del tiempo? son algunas de las preguntas que se han hecho desde la ciencia política y la economía en una serie de investigaciones recientes.

El economista Daron Acemoglu sugiere que la relación entre desigualdad económica y desigualdad política “es un patrón general a lo largo de la historia” y hoy podemos ver que “cuando la desigualdad económica aumenta, la gente que se ha convertido en más poderosa económicamente frecuentemente intenta usar ese poder en función de obtener aún más poder político”[1].

Algunos ejemplos de países que son gobernados actualmente con esa lógica son Bielorrusia, Kazajistán, Uganda, Congo, Camerún y Chad, donde sus líderes llevan más de 20 años en el poder. Así también están Brunéi, Arabia Saudita, Qatar, Omán, Cuba y Corea del Norte en que el traspaso del poder ejecutivo se hereda a la descendencia de los gobernadores, quienes pertenecen a una elite económica.

Houle (2018)[2] investiga la causalidad de esta relación usando datos para más de 140 países entre 1961 y 2008, mediante una técnica estadística de variables instrumentales, y encuentra que a mayor desigualdad de la riqueza, mayor es la concentración política -nivel de representación que poseen los más ricos[3]-, incluso cuando se controla por distintos niveles de democracia y regímenes de gobierno.

En la misma línea, Cole (2018)[4], utilizando también técnicas estadísticas de estimación causal, llega a una conclusión similar. Del análisis de datos de 136 países entre 1981 y 2011, el autor encuentra que a mayor desigualdad de ingresos se obtiene una mayor concentración política y menores libertades civiles.

De esta manera, todo parece indicar que cuando aumenta la desigualdad de ingresos, la población que no pertenece a la elite pierde representación política y con ello, ve reducida su capacidad para hacer valer sus intereses.

Una tendencia preocupante ligada con lo anterior es que en las últimas décadas un gran número de países han aumentado sus tasas de desigualdad de ingresos. En concreto, en un reporte de la OECD (2011)[5] se destaca que, de 22 países estudiados, 17 aumentaron sus índices Gini entre 1985 y 2008, entre los que se encuentran México, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Japón, Canadá, Alemania, Finlandia, Suecia, entre otros. De acuerdo a las investigaciones recientes, esto podría tener efectos sobre el poder político de la elite en cada país y, por ende, en el futuro de sus regímenes democráticos.

En conclusión, la concentración política es una razón más que tienen los estados para poner preocuparse de la desigualdad de la riqueza. Quizás una lección valiosa que se puede desprender de la historia de Game of Thrones es que las grandes desigualdades económicas pueden llevar a que nuestras sociedades se parezcan más a los pueblos del pasado, cuando en realidad el futuro debiera ser más auspicioso.

 

[1] Daron Acemoglu en entrevista para ThinkProgress [Youtube video]. Recuperado de https://thinkprogress.org/mit-economist-income-inequality-in-the-u-s-is-crushing-the-middle-class-political-power-b9298307f1dc/

[2] Houle, C. (2018). Does economic inequality breed political inequality? Democratization, 1–19.

[3] Basado en la base de datos Varieties of Democracy (Coppedge et al., 2017).

[4] Cole, W. M. (2018). Poor and powerless: Economic and political inequality in cross-national perspective, 1981–2011. International Sociology, 33(3), 357–385.

[5] OECD (2011). ”Divided We Stand: Why Inequality Keeps Rising; An Overview of Growing Income Inequalities in OECD countries”. En particular, el reporte encuentra que el índice aumento singificativamente para 17 de los 22 países estudiados -que tienen datos de largo plazo.

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