Autor: Felipe Sepúlveda, FK Eocnomics.
La pandemia ha tenido fuertes repercusiones en el mercado laboral alrededor del mundo, generando que una parte importante de la población mundial se encuentre sin posibilidad de trabajar de forma prolongada como consecuencia de aumentos de desempleo, suspensiones laborales, cuarentenas, entre otros factores. Chile, que acostumbraba a tener tasas de desocupación en torno al 6-7%, tuvo un aumento de desempleo que llevó el indicador a su nivel más alto el trimestre de mayo-julio de 2020 (aprox. 13%). En la actualidad aún no se no se ha podido recuperar los niveles de desocupación a niveles previos a la pandemia, llegando la tasa a un 9,3% en el trimestre abril-junio de 2021[1].
Existen diversas consecuencias para las personas de no poder trabajar, donde las más evidentes tienen relación con el costo monetario y sus efectos en la probabilidad de emplearse en el futuro (ver, por ejemplo, Arulampalam, 2008). Sin embargo, existe una línea de investigación académica que revisa los efectos psicosociales que tiene este suceso sobre las personas (Case y Deaton, 2020; Jahoda, 1981; Kessler et al. 1988; Morse y Weiss, 1955). En este contexto, no sólo hay una preocupación desde el punto de vista de la seguridad financiera de la población, sino también de su salud mental.
En un deseo de comprender mejor cómo se produce la relación entre empleo y aspectos psicosociales de las personas, Hussam et al. (2021) realizaron un estudio que aporta varios aspectos nuevos al entendimiento de este fenómeno. Los autores implementaron un experimento de campo en un campamento de refugiados en Rohingya (Bangladesh), para la elaboración de un análisis psicosocial a tres grupos individuos: un grupo de control (grupo 1), un grupo que recibía un pago fijo semanal (grupo 2) y un grupo al que se les ofreció un trabajo remunerado con pago similar al grupo que tenía un pago fijo semanal (grupo 3).
Los autores señalan que el empleo generaría enormes beneficios psicosociales respecto del escenario de pago fijo y del grupo de control. Los resultados se resumen en cinco partes:
- En primer lugar, los autores evidencian que el empleo mejora significativamente el “índice de salud mental”[2] de las personas respecto del grupo de control. Por ejemplo, dentro de sus componentes se observa que las personas empleadas tienen un 11% menos de probabilidad de tener depresión y un 21% menos probabilidad de estar moderada o severamente deprimidos.
- En segundo lugar, la investigación sugiere que el empleo generaría beneficios superiores a la entrega de dinero fija. En particular, el empleo aumentaría el índice de salud mental en una magnitud de 4 veces superior a la entrega de dinero, en comparación al grupo de control.
- En tercer lugar, los autores encuentran que el impacto psicosocial de entregar dinero es bajo y no estadísticamente significativo. Este resultado es aún más relevante considerando que los individuos pertenecientes al estudio tendrían una alta demanda por dinero, pues muchos se encuentran en calidad de refugiados por haber perdidos sus hogares, tierras y activos como consecuencia de las acciones militares en Myanmar.
- En cuarto lugar, el artículo señala que una mayoría de las personas tratadas estaría dispuesta a trabajar una semana adicional gratis con tal de tener la opción de trabajar. En particular, estarían dispuestos a ganar menos dinero semanalmente para acceder a esta alternativa.
- Finalmente, el estudio evidencia una diferencia notable de los efectos al separar por género. Si bien para los hombres el empleo tendría un efecto significativo sobre aspectos psicosociales respecto a la situación de pago fijo, para las mujeres no habría una diferencia relevante entre ambas alternativas. Los autores explican que este fenómeno se podría explicar con el poder de negociación de las mujeres dentro del hogar. En particular, el dinero -con o sin exigencia de empleo- permite que las mujeres sean menos tolerantes al abuso físico y aumenta la sensación de que pueden tomar decisiones dentro de su hogar.
En definitiva, en un escenario nacional de baja empleabilidad y numerosas medidas para ayudar a la población desempleada, esta investigación plantea una serie de consideraciones de política pública que son importantes a la hora de diseñar programas de incentivo al trabajo o de transferencias monetarias a los más pobres, como actualmente se está proponiendo en Chile.
Referencias
Case, Anne and Angus Deaton. 2020. Deaths of Despair and the Future of Capitalism. Princeton University Press.
Jahoda, Marie. 1981. “Work, Employment, and Unemployment: Values, Theories, and Approaches in Social Research.” American Psychologist 36 (2):184–191.
Hussam, Reshmaan, Erin M. Kelley, Gregory Lane, and Fatima Zahra. «The Psychosocial Value of Employment.» NBER Working Paper Series, No. 28924, June 2021.
Kessler, Ronald, Blake Turner, and James House. 1988. “Effects of Unemployment on Health in a Community Survey: Main, Modifying, and Mediating Effects.” Journal of Social Issues 44 (4):69–85.
Morse, Nancy and Robert Weiss. 1955. “The Function and Meaning of Work and the Job.” American Sociological Review 20 (2):191–198.
[1] Instituto Nacional de Estadísticas. Boletín Estadístico: Empleo Trimestral. Edición N°273, 30 de julio de 2021.
[2] Se construye a partir de una combinación de variables como depresión, estrés, satisfacción con la vida, independencia, sociabilidad, sensación de estabilidad, entre otras.