Autor: Felipe Sepúlveda, economista de FK Economics.
El estreno de la serie de Netflix “Gambito de Dama”, y su éxito inmediato, ha puesto al ajedrez en boca de todos, y esto incluye algunas de las creencias populares y ancestrales del deporte: jugarlo te hace más inteligente.
En un mundo en el que los países están constantemente buscando nuevas estrategias para mejorar su educación escolar, en especial los en vías de desarrollo, la enseñanza de ajedrez parece una alternativa viable y de bajo costo. En particular, existe cierto consenso de que su entrenamiento serviría para desarrollar habilidades cognitivas y lógico-racionales de sus jugadores, no obstante, no existe mucha evidencia respecto de sus efectos en habilidades no-cognitivas.
Alineado con el consenso, el Parlamento Europeo recientemente ha expresado una opinión favorable respecto del uso del ajedrez como herramienta educacional[1] y, de hecho, algunas ciudades han comenzado a implementarlo como parte de sus clases regulares en educación básica. Por ejemplo, la ciudad de Bremen (Alemania) decidió implementar una hora de ajedrez a la semana desde el año 2020 en cerca de 2.500 escuelas primarias[2].
En esta línea, en una investigación recientemente publicada por la revista Journal of Development Economics (Islam et al., 2020[3]), sus autores buscan investigar si existe una relación causal entre la enseñanza de ajedrez y diferentes outputs académicos y el desarrollo de habilidades no-cognitivas, tales como aversión al riesgo, paciencia, concentración y creatividad. Para cumplir ese objetivo, los autores realizaron un experimento aleatorio en Bangladesh, en el que se les aplicó un entrenamiento intensivo de ajedrez[4] a una serie de alumnos elegidos aleatoriamente.
Los resultados de la investigación sugieren que, a un año del tratamiento, los alumnos que recibieron entrenamiento de ajedrez mejoraron significativamente sus resultados en matemática, de acuerdo a lo tradicionalmente esperado. No obstante, también documentan efectos estadísticamente significativos en el desarrollo de habilidades no-cognitivas. En particular, los autores observaron una reducción en la aversión al riesgo y una menor incidencia de la inconsistencia intertemporal y de las preferencias temporales no-monotónicas de los estudiantes (ambas, asociadas por ejemplo a la paciencia). Por otro lado, los autores no encuentran resultados significativos sobre otras habilidades no-cognitivas, tales como la creatividad y concentración.
Si bien los resultados académicos eran esperados, los relacionados con habilidades no-cognitivas son sumamente relevantes y novedosos, ya que investigaciones recientes (Heckman et al., 2006; Carneiro et al., 2007) sugieren que el desarrollo de habilidades no-cognitivas a edad temprana sería importante para el desarrollo de las personas en diversas dimensiones, tales como la escolaridad, comportamiento social, consumo de drogas, embarazo juvenil, éxito en el mercado laboral, etc.
De esta manera, los efectos de su enseñanza en los colegios superarían las expectativas tradicionales. En ese sentido, es importante destacar que, debido a sus bajos costos, la implementación de un programa de este tipo sería fácilmente escalable a nivel país. Esto es especialmente relevante para aquellos países en vías de desarrollo con restricciones presupuestarias. Sin embargo, por el momento, los resultados del estudio deben ser interpretados con cuidado, pues lo que funcionó en Bangaldesh, no necesariamente funcionará en otros países.
[1] Visto en https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/DCL-7-2011-0050_EN.pdf?redirect el 12 de enero de 2020.
[2] Visto en https://en.chessbase.com/post/chess-makes-smart-scholastic-tournament-in-bremen-2019 el 12 de enero de 2020.
[3] https://doi.org/10.1016/j.jdeveco.2020.102615.
[4] La intervención consistía en un programa de entrenamiento de 30 horas basado en el currículum aprobado por la Federación Mundial de Ajedrez.