Por: Carolina Evans.

Una externalidad ocurre cuando el bienestar de un individuo o agente se ve afectado,
negativa o positivamente, por las acciones de otro agente de la economía, sin tener el
primero poder de acción o decisión sobre dichas acciones. Un clásico ejemplo de
externalidad negativa es el caso del fumador pasivo, el cual sufre efectos negativos del
cigarro, producto del consumo de los mismos por otras personas.

Las externalidades negativas suelen abordarse con impuestos, lo que permite internalizar
el costo social de la acción generadora de dicha externalidad. Por su parte, las
externalidades positivas suelen incentivarse mediante subsidios, de forma de internalizar
el beneficio social de la acción generadora de la externalidad.

Una de las externalidades negativas que se ha tomado la discusión en los últimos años,
producto de la concientización que se ha dado sobre el cambio climático, es la emisión de
gases de efecto invernadero (GEI). Muchos procesos productivos liberan GEI a la
atmósfera, los cuales generan que la temperatura del planeta aumente, teniendo un sinfín
de consecuencias negativas tanto en la biósfera como en la población.

Es en este contexto en que en Dinamarca se llevaron a cabo conversaciones para
impulsar el coloquialmente denominado “impuesto vegano”, el cual consiste en un
impuesto a las emisiones de GEI que generan las vacas y cerdos, el cual será cobrado a
los dueños de dichos animales.

A modo de referencia, las cadenas de suministro de ganado representan el 14,5% de las
emisiones antropogénicas de GEI del mundo y la ganadería bovina es responsable de
alrededor de dos tercios de ese total. 1 Para el caso específico de Dinamarca, la agricultura
representa un 22% sus emisiones de GEI 2 y una vaca danesa promedio genera alrededor
de 5,6 toneladas de CO2 equivalente 3 al año, según lo publicado por varios medios de
comunicación.

¿Es un impuesto la mejor forma de combatir las emisiones generadas por estos
animales? Para esto es necesario identificar los efectos sobre el consumo y producción
de bienes que tendrá el impuesto.

El impuesto que se propone encarecerá los costos de producción de los productos
derivados de vacas y cerdos, como carnes y lácteos, lo que llevará a una disminución en
la cantidad producida o simplemente a una producción más costosa. Ambos hecho debiesen
traducirse en un alza en los precios de los productos derivados de vacas y
chanchos producidos en Dinamarca.

Dicha alza de precios puede o no reflejarse en una disminución en el consumo de dichos
productos, dependiendo de que tan esenciales sean para la población danesa y del rol
que jueguen los productos importados. Considerando que Dinamarca es un exportador
neto de productos lácteos y carnes, es probable que sí se observe una disminución en el
consumo de los mismos y/o en una disminución de las exportaciones por la pérdida de
competitividad frente al mercado mundial.

Ahora, la emisión de GEI únicamente disminuirá si disminuye la producción de carnes y
productos lácteos, ya que, si disminuye el consumo a igual nivel de producción, la
cantidad de GEI emitidos no cambia. En otras palabras, la política será efectiva
únicamente si el impuesto lleva a una disminución en la producción y/o a un cambio en los
patrones de consumo que eventualmente lleve a una menor producción.

Es importante destacar que aplicar una medida como esta no es trivial e incluso puede
generar efectos contraproducentes. En primer lugar, implementar una política como la
danesa implica llevar a cabo acuerdos con agentes relevantes de la economía como lo
son los agricultores y productores, tarea que no es fácil. En segundo lugar, un impuesto
de este tipo podría, por ejemplo, generar únicamente un efecto sustitución entre productos
locales e importados, perjudicando así a la producción local. En otras palabras, muchas
veces políticas que parecen ser una buena idea en el papel no necesariamente tienen el
efecto que se busca en la práctica, siendo esto un elemento clave a la hora de hacer
política pública.

1 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2018). Soluciones ganaderas
para el cambio climático. Recuperado de https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/4c38936f-
8175-4752-bb66-32710168079e/content.

2 Ver https://ens.dk/en/our-responsibilities/energy-climate-politics/greenhouse-gasses .

3 El CO2 equivalente es una medida comúnmente utilizada para medir las emisiones de GEI, la cual permite
realizar comparaciones entre emisiones de distintos gases. Específicamente, la emisión de otros gases –
distintos a C02 – se transforman a emisiones de CO2.

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