El economista de la Universidad de Chile y socio Fundador de Landmark Alantra, Pablo Larraín, realiza un análisis de algunos de los puntos que han marcado la agenda político-económica de Chile en los últimos meses, y el desempeño del gobierno encabezado por el Presidente Gabriel Boric en su tercer año de administración. A su juicio, el fracaso del proceso constitucional es uno de los elementos que ha permitido un relativo avance en términos de estabilidad para el país. Además, considera que entre los nombres que se han perfilado en la carrera presidencial venidera, «sigue habiendo como ciertos filtros para que quienes lleguen al poder sean gente más bien razonable», por parte de la ciudadanía. En tanto, en términos de la agenda de reformas, el ingeniero comercial afirma que la capacidad legislativa del gobierno es débil lo que se refleja, por ejemplo, en la discusión en materia de pensiones, y que el Congreso es de baja calidad. Sin embargo, cree «que todavía el sistema político con todos sus ripios, con todas sus dificultades, todavía puede sacar proyectos adelante».
Contrafactual: Desde el oficialismo se está tratando de instalar la idea o tratando de instalar el mensaje del que el país se estabilizó y que entonces ahora se pueden hacer reformas ¿Cómo ves tú esa estabilización? ¿Hay espacio para reformas en lo que queda?
Pablo Larraín: Ese es un juego que tiene algo de divertido porque como se ha dicho largamente quienes desestabilizaron esto son los mismos que hoy día lo estabilizan. Eso creo que es lo más claro, pero, por otro lado, si bien a uno le puede dar rabia -y a mí me da un poco- también tiene algo de cierto, es decir, algo hay que el país, por la razón que sea, puede no ser lo más justo, pero algo hay que el país durante los gobiernos de izquierda tiene más estabilidad de un punto de vista de la calle. Es lo que hemos visto en los dos periodos de gobierno de derecha que hemos tenido desde que volvió la democracia. Entonces, por un lado, uno puede decir esto es una patudez -y creo que lo es-, pero por otro lado hay algo de cierto en lo que dicen.
C: Eso desde el punto de vista de la calle, podríamos decir, pero desde el punto de vista económico también podemos decir que algo de estabilidad ha llegado, probablemente porque estábamos en una situación post pandemia, crisis mundial y eso está quedando atrás. ¿Es así o no?
PL: A ver, yo creo que eso es así y también yo creo que es imposible dejar de lado lo que significó para este país que no se concretara el proyecto constitucional en que se embarcó la izquierda y el
gobierno. Por lo menos para mí eso era como una situación sin vuelta atrás. El país entraba en una situación desconocida, pero creo que es fácil de pensar que era muy malo ese escenario. Y eso no pasó hace tanto tampoco.
C: Fue recién.
PL: Efectivamente hemos tenido cierta estabilidad especialmente posterior a eso. Yo creo que ese es un evento enorme el haber podido dejar eso atrás. Y hay a partir de eso una realidad política donde hay un gobierno que es débil de un punto de vista de su capacidad legislativa. Lo estamos viendo hoy día en el tema pensiones donde #NoMásAFP no queda nada de eso, estamos repartiendo 4 -2, 5 -1 o 6 -0 pero pareciera que las AFP van a permanecer, y por tanto la capacidad de implementar su programa o su idea la verdad es que ha sido prácticamente cero. Entonces, mucha de la estabilidad que tenemos está dada por eso, ¿no? Un gobierno débil y donde un proyecto constitucional desastroso fue abortado. Yo soy optimista al respecto, dado eso.
C: Si te interpreto bien, la estabilidad llega a pesar de ellos, no gracias a ellos.
PL: Sin duda, sin duda. O sea, a la vez yo le reconozco al presidente que es alguien que quiere legítimamente hacer las cosas bien, es decir, desde su perspectiva, desde sus ideas, que yo
considero que son más bien equivocadas o distintas a las mías. Para ponerlo de otra forma, es alguien que le preocupa genuinamente el devenir del país y por tanto no está por imponer sus
ideas como a cualquier costo si es que él llega a la convicción de que en verdad las cosas no funcionan así. Yo creo que es muy importante porque Boric no es Petro por decir algo. Pueden
ubicarse cerca de un punto de vista digamos en la línea derecha-izquierda, pero Petro es un tipo que quiere imponer sus ideas a todo costo sin importarle nada los efectos de eso.
C: Hubo otra polémica hace poco por un empresario, un ejecutivo, que comentó que el ambiente no está dado para hacer inversión en Chile y que se hace más atractivo mirar afuera. Incluso hubo
un ministro que lo tachó de irresponsable. ¿Qué te parece esa afirmación?
PL: Yo creo que eso se da en un contexto, yo creo que también es una situación como bien específica, porque a ese sector les ha pasado de todo, todo mal. Creo que hay que matizar, que efectivamente ese sector y otros se han visto extraordinariamente afectados los últimos años y ese sentimiento me parece legítimo. Creo que no necesariamente es extrapolable a todo el sistema. Como ha sido Chile, un país que no se puede invertir. Yo creo que es una lectura que es muy binaria porque lo que pasa es que tenemos un problema estructural con respecto a la aprobación de proyectos o megaproyectos, todo lo que es permisos y todo eso tenemos una situación grave creo. De hecho, yo ahí también trato de anclar cierto optimismo en que cuando veo a un gobierno de izquierda y al ministro Grau preocupado de esto -y seriamente preocupado y tratando de tomar medidas- creo que es muy importante eso para el país. Hoy día cuando una desaladora toma, no sé, voy a inventar la cifra, pero diez, y un proyecto solar, toma cuatro y un edificio toma dos para obtener permiso y todo es así. Yo creo que hoy día se ha instalado un cierto consenso en general de que esto es un problema para el país y que no tiene retorno para nadie. Y eso yo creo que es valioso. O sea, creo que hay una posibilidad de que esto mejore porque yo creo que la izquierda también se ha convencido de que no hay valor tampoco en eso; no es que su sector esté mejor, no es que gane votos con eso, el país pierde nomás. Entonces yo creo que ahí hay un valor.
C: ¿Cómo crees tú que los inversionistas, los empresarios, ven la situación política en el país?
PL: Yo creo que este es un país que funciona. Todavía funciona. A ver, tenemos un parlamento de muy baja calidad comparado con lo que tuvimos históricamente. Eso es así, de todos los lados. Pero yo creo que de alguna forma era difícil que se mantuviera, digamos, como las mejores cabezas o parte de mejores cabezas estuviesen ahí en la política. Era una cosa, yo creo que fue una coyuntura bien especial y que se da relativamente poco. Nosotros tuvimos suerte y hoy día tenemos menos suerte, digamos, y tenemos un parlamento débil desde un punto de vista de sus capacidades, pero por otro lado si uno mira por ejemplo, no sé, quiénes son los precandidatos presidenciales hoy día que dan vuelta o que tienen alguna posibilidad de estar en la papeleta, yo creo que para cualquiera que lo mire así desapasionadamente es bastante razonable el nivel. O sea, si usamos el lenguaje de la «extrema derecha»; José Antonio Kast es un lujo para cualquier extrema derecha del mundo. Razonable, capaz, qué sé yo… Y si vamos al otro lado, vamos a la «extrema izquierda», pues Camila Vallejo también, digamos, no es que me gustaría un gobierno de ella ni nada que se le parezca, pero es una mujer preparada, inteligente…Y entre medio también, Evelyn Matthei, una política experimentada, muy capaz, buena gestora… Michelle Bachelet, una presidenta que uno podrá tener una distancia especialmente en su segundo gobierno con mucha gente, pero es una persona también preparada… Qué se yo, Carolina Tohá, una mujer súper inteligente. Todavía Chile, no creo que eso sea por casualidad, no sé cómo se produce, pero al final sigue habiendo como ciertos filtros para que quienes lleguen al poder sean gente más bien razonable. Tuvimos una coyuntura súper complicada, post estallido, que terminó llegando a una izquierda bien dura al poder, pero llevó creo que lejos del mejor de ellos -Boric-, entonces creo que todavía el sistema político con todos sus ripios, con todas sus dificultades, todavía puede sacar proyectos adelante.
C: ¿Cómo crees tu que el sistema político, en particular, el sistema electoral del Congreso, puede afectar el mundo a la inversión?
PL: Hay un problema en el sistema político, pero yo -a diferencia de alguna gente- no le pongo mucha fe. Yo creo que son tiempos muy complicados de la política, que ha dejado de cumplir su rol intermediador que siempre cumplió. Hoy día la gente a través de redes sociales se conecta directamente y hace cambiar en pocas horas las posiciones de quienes toman decisión, entonces yo creo que es un mundo con el cual hay que aprender a convivir obviamente que el hecho que gran cantidad de partidos no ayuda y sería mejor que hubiese menos. Todo eso sí, pero a veces veo que hay gente que pone como una esperanza enorme ahí y yo no la pongo porque claro, quizás hay menos partidos pero van a haber facciones de partidos. Y la UDI va a votar una parte de la UDI por un lado y la parte de la UDI por otro.
C: Si no es la política, ¿Qué es lo que se necesita entonces para volver a traer la inversión, volver a crecer, volver a aumentar la productividad?
PL: Un poco yendo a lo que hablábamos antes, yo creo que esto pasa por volver a establecer como ciertos consensos básicos. Creo que venimos de un período de visiones muy antagónicas y que yo hoy día veo que son menos antagónicas. No sé si lo van a sacar adelante o no lo van a sacar adelante, pero escuchar a la izquierda y a un ministro que esté preocupado de que los proyectos salgan adelante, de tratar de reducir la burocracia que impone largos periodos para su aprobación, yo creo que eso es muy valioso. Los países crecen por cosas más bien que están establecidas y uno no puede saltárselas… estabilidad jurídica.
Entonces, cuando uno ve, por ejemplo, que el gobierno también con todos sus problemas y todo, pero se anima a subir las tarifas eléctricas. Después ayer hicieron como una cosa así un poco más penosa. No aguantaron memes y bajaron de 20 a 10 la tarifa del transporte. Pero bueno, uno lo puede mirar como un escándalo, uno puede decir, bueno, por lo menos la subieron cuando tocaba subirla. Es bastante triste el que no se hayan animado. O sea que hayan dicho 20 y después le pusieron dos memes en internet y la bajaron a 10.
C: Pablo, si tuviéramos que proponer una política púbica o una dirección para que tomen las políticas públicas en un próximo gobierno, ¿Qué propondrías?
PL: Yo creo que aquí es fundamental que el Estado sea más eficiente. Y tampoco pienso como reorganizaciones del Estado, así un poco menos que entre alguna consultora y saque, digamos, a 60 % de los funcionarios públicos, porque eso no va a pasar. Pero creo que sí es posible que haya unas oficinas que se preocupen de hablar unas con otras y que haya una decisión país de que si necesitamos agua y el agua va a venir de la desalación, que es mejor que eso se demore tres años y no diez. Yo creo que ahí yo pondría como todas las fichas que yo pudiese poner las pondría ahí. Creo que si eso cambia, el país es otro. El país es otro y nos podemos pelear la derecha, la izquierda y subir un poco los impuestos, bajar un poco los impuestos y que los ricos aquí, que lo que no sé qué cosa allá. También creo que el país tiene unos desafíos enormes en temas de violencia, temas de crimen organizado, pero esas cosas son, salvo ciertos extremos, yo diría que son, hay unas miradas bien comunes en eso, hoy día por lo menos. Eso también creo que son temas súper difíciles de resolver. Yo veo que hay un trabajo ahí, pero los resultados son pobres porque el problema es muy grave. Pero la derecha nunca ha mostrado mucha destreza en esa área tampoco, salvo ser muy vocal sobre que hay que hacer. Se identifica como un sector que lo maneja mejor, pero no ha dado pruebas de ello, la verdad. Hay un problema de inteligencia, lo que hicieron Burgos, Schilling y esa gente, no lo vuelto a hacer nadie.