A principios de febrero, la Comisión Federal de Comercio (FTC) anunció que investigaría las adquisiciones durante los últimos diez años de cinco gigantes tecnológicos: Alphabet (Google), Apple, Amazon, Facebook y Microsoft.

Lo interesante de la notificación realizada por la institución es que esta no busca analizar compras millonarias y que han colapsado los medios como fue la adquisición de WhatsApp por parte Facebook, sino que busca analizar si las grandes empresas tecnológicas están realizando adquisiciones de competidores potenciales o nacientes, con el fin de mantener una posición dominante en los mercados en que participan. Esto se conoce como killer acquisitions.

La compra o adquisición de pequeñas o incipientes empresas como aquellas mencionadas anteriormente, usualmente se encuentran exentas de revisión por parte de agencias antimonopolio, considerando que el valor de las transacciones cae por debajo del límite establecido en la Ley Hart-Scott-Rodino (HSR).

Contando con la información anterior, si legítimamente las empresas pueden realizar transacciones bajo límites establecidos por instituciones de protección económica, ¿Por qué la FTC emitió órdenes especiales para revisar aquellas adquisiciones no informadas ante agencias de regulación?

La pregunta anterior está ligada al debate existente en torno a los beneficios y consecuencias de las fusiones o adquisiciones. A pesar de lo planteado por las autoridades de la FTC, en cuanto a que las gigantes tecnológicas podrían adquirir competidores pequeños con el fin de mitigar la competencia, autoridades y académicos han defendido que la compra de empresas pequeñas se debe a diferencias en productividad o sinergias, por la cual la compra de estas tendría efectos positivos en términos de especialización, eficiencia y bienestar.

La polémica anterior en torno a los efectos de las killer acquisitions también ha sido abordada en la literatura académica. Rhodes-Kropf y Robinson (2008) encuentran que existen mayores facilidades para fusiones cuando existe complementariedad de activos, lo cual genera sinergias entre las empresas[1]. Adicionalmente, literatura actual ha encontrado beneficios de adquisiciones en periodos de crisis en países asiáticos[2], además de aumentos en la cantidad de producción y disminución en los costos marginales en la India[3]. La evidencia anterior fundamenta que podrían existir incentivos económicos razonables tras las adquisiciones de las empresas tecnológicas.

Por otra parte, Cunningham, Ederer y Ma (2018)[4] desarrollaron un modelo teórico de adquisición, innovación y competencia en el mercado de productos farmacéuticos. Ante esto, y de forma contraria a la evidencia anterior, encuentran que empresas incumbentes (que participaban con anterioridad en el mercado y ostentaban alguna posición de dominio) pueden adquirir agentes innovadores del mercado y terminar con su desarrollo para evitar competencia en el futuro. Específicamente, estiman que 6,4% de todas las adquisiciones anuales que estudiaron correspondían a killer aqcuisitions, y que en su mayoría caían bajo el límite regulatorio establecido.

Tomando como referencia la investigación anterior, en un artículo publicado en 2019 sobre la necesidad de revitalizar la aplicación de las leyes de libre competencia en Estados Unidos, el profesor de la Universidad de Berkeley, Carl Shapiro, indicó que se deberían entregar mayores recursos a instituciones como la FTC y el Departamento de Justicia con el fin de estudiar y desafiar diversas fusiones, incluyendo aquellas con valores de transacción bajo el precio umbral[5].

Las investigaciones anteriores refuerzan las ideas de la FTC, y sirven como insumo para cuestionarse los fines tras las decisiones de las cinco gigantes tecnológicas. Con el objetivo de preservar un ambiente de libre competencia, el análisis de los datos entregado por estas resultarán clave para entender si las adquisiciones bajo el valor umbral establecido por la Ley HSR han permitido la sinergia de competidores, y por tanto una mayor productividad en el sector tecnológico; o si las empresas dominantes han llevado a cabo esta adquisiciones sólo para mantener su poder de mercado.

 

 

 

 

[1] Rhodes-Kropf, M. y Robinson, D. (2008). The Market for Mergers and the Boundaries of the Firm. The Journal of Finance, Vol. 63(3), pp. 1169-1211.

[2] Rao-Nicholson, R., Salaber, J. y Hiep Cao, T. (2016). Long-term Performance of Mergers and Acquisitions in ASEAN Countries. Research in International Business and Finance, Vol. 36, pp. 373-387.

[3] Stiebale, J. y Vencappa, D. (2018). Acquisitions, Markups, Efficiency, and Product Quality: Evidence from India. Journal of International Economics, Vol. 112, pp. 70-87.

[4] Cunningham, C., Ederer, F. y Ma, S. (2018). Killer Acquisitions.

[5] Shapiro, C. (2019). Protecting Competition in the American Economy: Merger Control, Tech Titans, Labor Markets. Journal of Economic Perspectives, Vol. 33(3), pp. 69-93.

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