Por Raúl Mejía*
El pasado 25 de agosto, X Corp. (anteriormente Twitter, Inc.) y xAI, la compañía de inteligencia artificial fundada por Elon Musk, presentaron una demanda en contra de Apple y OpenAI por presuntas prácticas monopólicas.
Los demandantes sostienen que Apple y OpenAI se habrían puesto de acuerdo para excluir a competidores emergentes. El aspecto central de la acusación es el acuerdo entre Apple y OpenAI, mediante el cual se integró ChatGPT en iOS de manera exclusiva, otorgándole un acceso privilegiado a funciones del sistema.
Según la demanda, Apple se habría negado a brindar un acceso equivalente a Grok (el chatbot de inteligencia artificial desarrollado por xAI) aun cuando esto sería técnicamente factible. Esta negativa constituiría, según los demandantes, un esfuerzo concertado para reforzar la posición dominante de Apple y OpenAI en sus respectivos mercados, en detrimento de competidores y consumidores.
Además de la integración, los demandantes señalan que Apple incurriría en otras acciones anticompetitivas, como manipular los rankings de la tienda de aplicaciones de Apple en favor de ChatGPT, y relegar sistemáticamente los listados relacionados con X o con xAI.
El resultado de la demanda determinará no solamente si la integración exclusiva de ChatGPT en iOS constituye una práctica anticompetitiva, sino que podría establecer criterios relevantes sobre cómo deben evaluarse en el futuro aspectos claves de competencia en los mercados digitales.
La autoridad deberá considerar aspectos como los efectos de red y el acceso a datos. Además, la definición de mercados relevantes será uno de los puntos más importantes, pues de ello dependerá la evaluación de poder de mercado de Apple y OpenAI.
La autoridad deberá trazar esos límites de manera adecuada en cada uno de los mercados, para lo cual deberá considerar factores como la sustituibilidad de la demanda, los costos de cambio que enfrentan los usuarios, entre otros. Por ejemplo, en el caso de los sistemas operativos móviles, una definición amplia podría abarcar a todos los sistemas disponibles en smartphones, lo que posiblemente mostraría un entorno relativamente competitivo. En contraste, una definición más estrecha podría centrarse en sistemas operativos con fuerte integración hardware-software (como iOS y Android), donde las condiciones de sustitución son más limitadas y el poder de mercado de Apple podría ser considerable.
Un aspecto que resalta la demanda es la importancia de los efectos de red. Los efectos de red ocurren cuando el valor de un bien o servicio aumenta conforme más usuarios lo utilizan. Son muy comunes en plataformas digitales, pues cuanta más gente utiliza un servicio, más atractivo se vuelve para nuevos usuarios y más difícil es que para los rivales alcanzar la escala. En este caso, al integrarse ChatGPT como asistente predeterminado, resulta más difícil para otros modelos atraer una masa suficiente de usuarios. Los chatbots de inteligencia artificial se vuelven más valiosos mientras más usuarios interactúan con ellos, pues cada interacción genera datos que mejoran el modelo y lo hacen más atractivo, lo que crea un ciclo de retroalimentación positiva que refuerza la ventaja del incumbente.
Dado que se trata de mercados que evolucionan rápidamente y cuyas categorías de productos y dinámica competitiva cambian constantemente, los demandantes deberán de demostrar que su propuesta de definición de mercado refleja de manera adecuada la realidad.
El caso deberá observarse con atención, pues las decisiones que adopte la autoridad serán determinantes para el futuro de la competencia en la economía digital. Lo que se resuelva en torno a definiciones de mercado, efectos de red, acceso a datos o integración tecnológica tendrá implicaciones de gran alcance. Un resultado favorable a las empresas de Elon Musk podría impulsar una mayor apertura en los sistemas operativos móviles o la adopción de medidas que favorezcan el acceso a insumos clave como los datos. Un resultado más favorable a Apple reforzaría los modelos de integración cerrada, en el que los dueños de las plataformas tienen mayor control sobre qué servicios incorporan a sus ecosistemas y bajo qué condiciones.