Por Pilar Muñoz.
En el marco de las elecciones presidenciales en Chile, donde dos de las principales candidatas a la presidencia son mujeres provenientes de distintos sectores políticos —Evelyn Matthei y Carolina Tohá—, resulta interesante reflexionar en torno a la representación política femenina y los efectos que tiene la presencia de mujeres en cargos políticos de poder. ¿Existe algún cambio en los niveles de violencia de género cuando gobiernan mujeres? ¿Se modifican las prioridades del gasto público con la participación de mujeres en el poder?
Diversos estudios demuestran que la representación femenina en política puede tener un impacto significativo en los niveles de violencia de género. En una publicación del año 2022, las economistas Frisancho, Pappa y Santantonio analizan el efecto de la elección de una mujer a la Cámara de Representantes sobre la violencia contra la mujer en Estados Unidos. Las autoras encuentran que, cuando una mujer es electa en una contienda reñida contra un hombre, los feminicidios se reducen en un 10% durante el primer año de su mandato como representante en su distrito. Este efecto se debería, en parte, a un mayor esfuerzo policial y a un aumento en la resolución de crímenes cometidos contra mujeres.
Por su parte, los economistas Delaporte y Pino publicaron un estudio en 2022 en el que analizan el caso de Brasil donde encuentran que, en elecciones altamente competitivas, la elección de una alcaldesa reduce significativamente la violencia contra las mujeres, especialmente en el ámbito doméstico y en casos de agresión sexual. Este efecto se va intensificando cuando va a finalizar el mandato y es aún más pronunciado cuando hay mayor presencia femenina en los concejos municipales.
Múltiples investigaciones económicas también demuestran que el tener una mujer en cargos de poder político influye en las prioridades presupuestarias y el tipo de políticas públicas implementadas. La ganadora del premio nobel de economía en 2019, Esther Duflo, junto con Raghabendra Chattopadhyay realizaron uno de los primeros análisis en la materia. El estudio se desarrolla en India y se basaron en un experimento natural generado por una ley de 1993 que reservó aleatoriamente un tercio de los gobiernos locales para mujeres. Este diseño permitió comparar consejos dirigidos por mujeres con otros similares liderados por hombres, como en un experimento real. Sus hallazgos muestran que las mujeres líderes priorizan inversiones en áreas relevantes para sus comunidades, como el acceso a agua potable. Por su parte, los hombres priorizan las inversiones en actividades tales como infraestructuras y sistemas utilizados para llevar agua a los campos de cultivo. Concluyen que la identidad de género del representante incide en las decisiones de política y que los líderes invierten más en infraestructura que es directamente relevante para las necesidades de su propio género.
Otro estudio, realizado en Estados Unidos por los autores Deb, Estorcien y Chen, analiza los patrones de gasto en gobiernos de los condados de Florida. Encuentran que una mayor proporción de mujeres comisionadas incrementa significativamente la proporción del gasto redistributivo. Este efecto es especialmente fuerte cuando las mujeres alcanzan una «masa crítica» de los escaños, sugiriendo que la representación significativa puede transformar las prioridades institucionales.
Por otra parte, Valeriya Mechkova en una publicación del año 2021, encuentra que los países donde mujeres ocupan efectivamente cargos ejecutivos con poder político real, y que no sean funciones simbólicas, muestran un mayor gasto gubernamental en salud. Este resultado se mantiene aun controlando por ideología política, nivel de democracia, corrupción e igualdad de género. El estudio subraya que el poder ejecutivo real es clave para que la presencia femenina se traduzca en cambios concretos en la asignación presupuestaria.
La literatura revisada demuestra que la representación femenina en cargos políticos tiene efectos importantes tanto en la reducción de la violencia de género como en la orientación del gasto público hacia prioridades más sociales. En conjunto, la evidencia empírica respalda la idea de que promover la representación política de las mujeres no es solo una cuestión de equidad en la política, sino también es una herramienta frente a problemas estructurales como la violencia de género.
En este sentido, dado el contexto chileno actual, donde el panorama electoral está marcado por la presencia de dos candidatas presidenciales, aparece una oportunidad concreta para analizar cómo diferentes liderazgos femeninos podrían incorporar respuestas diferenciadas a los desafíos sociales y de género que enfrenta el país, con capacidad de promover avances sustantivos en materia de equidad de género, contribuyendo así a la transformación de la sociedad.
Referencias
Frisancho, V., Pappa, E., & Santantonio, C. (2022). When Women Win: Can Female Representation Decrease Gender-Based Violence?. Inter-American Developmnet Bank.
Delaporte, M., & Pino, F. J. (2022). Female Political Representation and Violence Against Women: Evidence from Brazil. IZA Institute of Labor Economics.
Chattopadhyay, R., & Duflo, E. (2004). Women as policy makers: Evidence from a randomized policy experiment in India. Econometrica, 72(5), 1409–1443.
Deb, A., Estorcien, V., & Chen, C. (2024). Are Women Commissioners More Compassionate Spenders? Evidence From Florida County Governments. The American Review of Public Administration.
Mechkova, Valeriya, Women Leaders: Exploring the Effects of the Chief Executive Gender on Budget Composition in Comparative Perspective (2021). Program on Governance and Local Development Working Paper No. 46.