Autores: Felipe Benguria y Felipe Saffie.
La política comercial de Estados Unidos desde 2018 se ha caracterizado por lo que se ha conocido como una «guerra comercial» que enfrenta al país contra China y en menor medida contra otros de sus principales socios comerciales. Esta guerra comercial es un evento inusitado al menos en la época de posguerra, que rompe con una tradición de décadas de la economía norteamericana.
En dos investigaciones recientes, analizamos el efecto de esta guerra comercial sobre las exportaciones (Benguria y Saffie, 2019) y sobre el mercado laboral (Benguria y Saffie, 2020) estadounidense.
Estados Unidos ha impuesto varias rondas de tarifas sobre las importaciones provenientes de China. Cada una de estas rondas ha sido correspondida por China con tarifas sobre las exportaciones americanas. Usando datos de exportaciones mensuales a nivel de producto y las tarifas sobre estos productos, documentamos la importante caída en las exportaciones americanas en respuesta al aumento de tarifas Chinas. La siguiente figura muestra exportaciones americanas a China (línea azul) y al resto del mundo (línea roja). La caída en las exportaciones hacia China es de aproximadamente 20%.
Esta caída ha sido mucho más marcada en algunas industrias (insumos industriales y productos agrícolas) que en otras (bienes de consumo). Además, documentamos que la capacidad de los exportadores norteamericanos de redirigir sus exportaciones a otros mercados ha sido bastante limitada, al menos en el corto plazo.
No solo las tarifas chinas han reducido las exportaciones norteamericanas. Las propias tarifas de EEUU han tenido un efecto negativo sobre las exportaciones. Esto se explica por el hecho que las cadenas productivas son altamente globalizadas. La producción de bienes exportados muchas veces ocupa insumos que provienen de China y que son encarecidos por las tarifas norteamericanas.
En nuestra segunda investigación, nos enfocamos en el impacto de la guerra comercial en el mercado laboral. Nuestro enfoque consiste en dividir a Estados Unidos en 722 mercados laborales regionales, y construir medidas de exposición a las tarifas de la guerra comercial. Nuestro principal hallazgo es que las tarifas impuestas por los socios comerciales de Estados Unidos han causado un alza en la tasa de desempleo. La magnitud de este impacto es tal que una región en el 75vo percentil de exposición ha visto, en un año, un aumento de 0,36 puntos porcentuales en la tasa anual de desempleo en comparación a una región en el 25vo percentil. Un segundo hallazgo relevante es que las tarifas americanas no han protegido el empleo doméstico. En vez, han reducido el empleo en el sector manufacturero, dado que han encarecido los insumos.
En ambos casos, examinando el impacto de la guerra comercial o sobre el mercado laboral, nuestra investigación demuestra el costo de estas políticas, y los efectos, a veces quizás inesperados, que éstas significan.