Este es uno de varios artículos preparados en colaboración con Pivotes.
Existen múltiples razones por las que una persona puede decidir emplearse informalmente. En la balanza entran variables como la demanda por trabajadores –relacionado por ejemplo con el ciclo económico-, los tiempos de transporte, el descuento por seguridad social e impuestos, entre otras.
Algunas de esas razones no son las que típicamente se evalúan en el mercado laboral. Por ejemplo, una investigación publicada en el año 2019 [1] estima los impactos de la paternidad en el mercado laboral a corto y largo plazo en Chile, considerado como un país en desarrollo.
En primer lugar, en relación al efecto de tener un hijo en los resultados del mercado laboral, se evidencia que las trayectorias laborales -de empleo, horas semanales trabajadas, e ingresos mensuales- de las madres, pero no de los padres, cambian drásticamente con el nacimiento del primer hijo. Lo anterior abre una gran brecha entre mujeres y hombres que persiste en el largo plazo.
El efecto promedio desde un año luego del nacimiento a 10 años desde este hito, es que el empleo de las madres disminuye un 22%, las horas trabajadas caen un 4% y los ingresos laborales disminuyen un 28%.
Luego, se estudia cómo cambia la proporción de empleos informales en el empleo total, con el nacimiento del primer hijo. Los resultados muestran que después del nacimiento del primer hijo, la probabilidad de tener un empleo informal aumenta para las madres y no para los padres. Lo anterior se da para cualquier definición de informalidad laboral, tales como empleos no registrados, empleos temporales, empleos sin contrato escrito, y el trabajo autónomo. Tomando el efecto promedio desde el primer año de nacimiento al año 5, la tasa de informalidad entre las mujeres trabajadoras aumenta un 24% tras la maternidad, y el efecto promedio luego de 10 años es 38% mayor.
Cabe notar que la maternidad tiene un menor impacto en las mujeres con mayor nivel de educación. En promedio, desde el primer año del nacimiento al año 10, el empleo disminuye un 29% para las mujeres con menor nivel educativo, y cae un 10% para el grupo de mujeres con mayor nivel educativo. Por el contrario, las horas trabajadas no cambian después de la maternidad para las mujeres empleadas con niveles de educación altos. Finalmente, en relación a los ingresos laborales se obtiene que después de la maternidad, tanto las mujeres con niveles educativos bajos como altos experimentan una disminución de sus ingresos, pero los efectos son menores mientras mayor es el nivel educativo (-32% y -18%, respectivamente).
Recapitulando, existe un brusco aumento de la informalidad laboral de las mujeres en Chile que se explica por la flexibilidad que entrega el trabajo informal y la relativamente escasa calidad de la protección social ofrecida por el sector formal. De esta forma tener un hijo desencadena una fuerte demanda de flexibilidad para conciliar la vida laboral y familiar, y la disponibilidad de empleos informales flexibles amortigua la disminución del empleo femenino provocada por el nacimiento del primer hijo. Sin embargo, lo anterior implica un deterioro de las perspectivas del mercado laboral de las madres.
Referencias:
[1] Berniell, I., L. Berniell, D. de la Mata, M. Edo y M. Marchionni (2019). “Gender Gaps in Labor Informality: The Motherhood Effect”. Documentos de Trabajo del CEDLAS Nº 247, Junio, 2019, CEDLAS-Universidad Nacional de La Plata.