Autores: Paola Bordón (Universidad Alberto Hurtado) y Breno Braga (Urban Institute).
Graduarse de una universidad de prestigio es ampliamente visto como un camino hacia el éxito en el mercado laboral, puesto que los trabajadores de universidades prestigiosas reciben salarios más altos después de graduarse. Por un lado, asistir a una universidad prestigiosa podría asociarse con recibir una mejor instrucción y tener compañeros más competentes. Así, las universidades de prestigio tienen la ventaja de incrementar la productividad del trabajador en comparación con universidades de menor prestigio. Por otro lado, el efecto principal de asistir a una universidad prestigiosa podría ser señalizar a los empleadores la habilidad no observable de un trabajador, puesto que el proceso de selección a la universidad es bastante competitivo.
En un reciente artículo[1] estudiamos si los empleadores discriminan estadísticamente en función del prestigio de la universidad en Chile. Aprovechamos el proceso de admisión centralizado de las universidades tradicionales para proponer un test de discriminación estadística basada en un diseño de regresión discontinua. El test consiste en comparar los ingresos de quienes se encuentran justo por encima y por debajo del puntaje de corte de las dos universidades más prestigiosas del país. El test de discriminación estadística predice que si los empleadores usan el prestigio universitario para discriminar estadísticamente a los trabajadores, entonces: (i) los individuos que apenas ingresan en las universidades más prestigiosas deberían recibir un salario sustancialmente mayor que las que no son admitidas en universidades prestigiosas y se gradúan de una universidad menos prestigiosa; (ii) la diferencia salarial entre estos dos grupos de trabajadores debería reducirse a medida que los trabajadores avanzan en sus carreras.
Los resultados muestran que los recién graduados con puntajes justo por encima del puntaje de corte tienen ingresos un 13% más altos que aquellos con puntajes justo por debajo. Sin embargo, a medida que los trabajadores adquieren experiencia en el mercado laboral, la brecha de ingresos entre estos dos grupos disminuye hasta un 4% después de 5 años. Esto significa que los empleadores les pagan a los trabajadores de acuerdo con el prestigio de su universidad cuando están recién egresados, pero a medida que pasa el tiempo los recompensan en función de su verdadera productividad.
Por lo tanto, encontramos evidencia de que asistir a una universidad prestigiosa tiene un impacto significativo en señalizar a los empleadores la calidad no observable de un trabajador. Sin embargo, los empleadores aprenden rápido y tienden a pagar a sus trabajadores de acuerdo con su verdadera productividad, la que se revela en el tiempo. La caída de este wage premium para trabajadores con características preuniversitarias similares, es una prueba de que existe señalización, y el prestigio de las universidades es valorado en el mercado laboral chileno, sobre todo al momento de titularse.
[1] Employer Learning, Statistical Discrimination and University Prestige. Economics of Education Review, August 2020. https://doi.org/10.1016/j.econedurev.2020.101995