Autor: Sebastián Aravena.
A dos años del Estallido Social, es claro que este episodio en la historia de nuestro país ha tenido y tendrá implicancias importantes. El Estallido Social estuvo marcado por manifestaciones multitudinarias, sostenidas por varias semanas. En este contexto la red de metro se vio notablemente afectada, llegando a sufrir la destrucción parcial o completa de algunas de sus estaciones[1]. En el plano político, luego de varios días de protestas, tanto el oficialismo como la oposición acordaron el inicio del proceso constituyente, cuyo primer gran paso fue la realización del plebiscito 2020 que, como todos sabemos, dio por ganadora a la opción Apruebo por una amplia mayoría. De hecho, alcanzó el 78,3% de los votos y ganó en casi todas las comunas del país. Con estos antecedentes, resulta interesante saber qué influencia pudo tener la exposición a estaciones de metro siniestrados sobre las preferencias electorales del plebiscito: ¿Puede ser que vivir la destrucción de un metro cercano haga que las personas voten de una u otra manera?
En mi investigación “Metros siniestrados y preferencias en el plebiscito 2020” indagué sobre cuál sería el efecto de vivir cerca de una estación que sufrió destrozos sobre la opción que votan las personas. La hipótesis es que las personas que viven más cerca de un metro siniestrado estuvieron más expuestas a disturbios, el combate entre policías y manifestantes, protestas más prolongadas y, obviamente, sufrieron la pérdida de algo que ellos valoran de donde habitan, como lo es una estación de metro. Al vivir más de cerca ese tipo de hechos, las personas pueden sentir enojo o miedo contra la manifestación, lo que las motivará –ceteris paribus– a votar por la opción contraria: el Rechazo.
Para el análisis se utilizó el padrón electoral de la Región Metropolitana en el plebiscito 2020 (excluyendo las comunas rurales o que están muy alejadas de la red de metro). Este registro contiene a todas las personas habilitadas para sufragar, su domicilio electoral declarado y la mesa en la cual votan. Luego de geolocalizar los domicilios electorales, se usó el promedio de la distancia al metro siniestrado más cercano de las personas que votan en cada mesa
Por otro lado, para estimar el efecto se deben considerar diversas variables que podrían influir en la votación de una persona. En esta investigación se despejó el efecto de la preferencia electoral propia de la mesa, para lo cual se usó el resultado de la segunda vuelta presidencial 2017 entre Piñera y Guillier, la participación que tuvo la mesa en el plebiscito, la distancia al metro más cercano (haya sido o no siniestrado), entre otras. Al tener estas consideraciones, se puede sostener que el efecto principal está aislado de la influencia de estas variables.
El resultado principal indica que en mesas donde la gente que vota vive, en promedio, dos kilómetros más cerca de un metro siniestrado, la opción Rechazo alcanza -en promedio- 3 puntos porcentuales más, es decir, vivir más cerca de un metro siniestrado se relaciona con un aumento en el voto por la opción Rechazo. Asimismo, en un ejercicio alternativo, se determinó que aumentar en 10 puntos porcentuales el porcentaje de votantes que viven a menos de 1,4 kilómetros alrededor de un metro siniestrado, aumenta en 0,27 puntos porcentuales el voto por la opción Rechazo.
Por otro lado, es notable que al aislar las comunas del sector oriente de la Región Metropolitana (donde precisamente se encuentran 3 de las 5 donde ganó la opción Rechazo), el efecto es más de 3 veces mayor que en el resto de la Región, es decir, en el sector oriente, vivir cerca de un metro siniestrado aumenta mucho más el voto por la opción Rechazo. Esta diferencia se puede explicar porque las personas en el sector oriente pueden sentir que la opción Apruebo tiene menos beneficios esperados respecto de su situación actual, por lo que decidirse por la opción Rechazo cuando están más expuestos a un metro siniestrado les es más fácil.
Cabe destacar que, si bien la investigación busca identificar un efecto causal, no se descarta la influencia de otras variables no observadas en los datos sobre los resultados. Por ejemplo, vivir cerca de un metro podría estar relacionado con los ingresos; o la distancia al metro quemado podría no reflejar correctamente la distancia a la que viven quienes efectivamente votaron. Para sobrellevar estos problemas, se realizaron ejercicios complementarios, por ejemplo, considerar solo las mesas en que la participación fue alta. Estos análisis sostienen las mismas conclusiones del resultado principal.
A modo de conclusión, se puede ver que las personas expuestas a situaciones molestas como la destrucción de un metro cercano tomaron una posición contraria a los fines de la protesta. En cuanto al resultado mismo, puede ser interesante pensar que la forma en que las personas viven una movilización podría afectar los resultados de una votación. En un contexto diferente, es posible que el descontento por la destrucción de bienes comunes e infraestructura crítica -como el metro- podría determinar el resultado de una votación.
[1] El día 24 de octubre, Metro informó que de las 136 estaciones de la red, 25 estaban inhabilitadas, 18 de ellas incendiadas parcialmente y 7 incendiadas completamente.