Entrevista a Cecilia Vial, académica medicina UDD

“La Medicina nos ha tratado por muchos años como promedios, pero efectivamente, como tú dices, somos genéticamente distintos, por lo tanto, no siempre un remedio va a funcionar igual en dos personas”

 

Cecilia Vial, estudió Biología y cursó su doctorado en la UC. Hace siete años trabaja en la Universidad del Desarrollo, como profesor asistente, en un tema completamente diferente a lo que investigó como estudiante. Ahora estudia desde la perspectiva de la genética a los pacientes que se infectan con el virus hanta.

 

Entiendo que tu trabajo se centra en la relación entre los genes y la sensibilidad de las personas a ciertas enfermedades. ¿Es así? ¿Nos puedes contar qué haces?

Específicamente, nosotros estudiamos la infección por virus hanta, un problema importante de Salud Pública para el país, por lo que nos interesa entender esta patología. Una de las curiosidades de la infección por virus hanta es que hay pacientes que contraen la enfermedad y están súper graves (el 30% incluso muere), mientras que hay un porcentaje de personas que se infectan con el mismo virus, pero tienen una enfermedad muy leve, como un resfrío fuerte. En el extremo, hay un porcentaje muy bajo de personas que han tenido la infección y ni siquiera saben.

Es a partir de esta observación que se nos ocurrió que la composición genética de las personas podría tener que ver con esta respuesta tan dispar al mismo virus.

En este momento, en el laboratorio, estudiamos y comparamos estas dos poblaciones de pacientes, los graves y los leves. Nosotros pensamos que estos últimos son los que tienen el secreto a cómo combatir exitosamente la infección por este virus.

 

¿Por qué es importante este tipo de relación entre genética y salud?

Los genes son como el manual de instrucciones que traemos de fábrica con toda la información para que funcionemos, desde el color de los ojos o el pelo, nuestro grupo sanguíneo, etc. Por lo tanto, tienen la información de si somos susceptibles a una enfermedad, si un fármaco nos va a funcionar o no, o si tenemos predisposición a alguna enfermedad. Es decir, influyen directamente en nuestra salud.

 

Asumo que una parte importante de las relaciones estadísticas que buscas requieren técnicas de procesamiento de big data avanzadas. ¿Cómo ha influido el desarrollo reciente de machine learning en lo que haces?

Efectivamente, nosotros procesamos grandes cantidades de datos. Tenemos un proyecto en que comparamos 2.000.000 de variantes genéticas, entre 200 pacientes, y tenemos otro proyecto en que estamos estudiando en 20 pacientes la expresión de sus 22.000 genes. Es decir, son muchos datos, que no caben en un Excel.

Una cosa buena que ha estado sucediendo es que los programadores liberan sus protocolos y programas para analizar estos datos, por lo que todo lo que necesitamos para analizar estos terabytes de información, en general, es de libre disponibilidad.

Con respecto a machine learning, todavía no nos hemos metido en ese tema. La mayor limitante que tenemos es que para que la “máquina aprenda” se necesitan muchos datos, como existe para cáncer u otras enfermedades comunes. Con la pequeña cantidad de pacientes a los que tenemos acceso, no permite todavía hacer este tipo de estudios. Piensa que en Chile desde que se conoce el virus hanta se han reportado un poco más de 1000 casos.

 

Si la genética afecta nuestra “facilidad” de contagiarnos de algunas enfermedades y no de otras, ¿podría afectar también la forma en que deberíamos tratar las enfermedades? ¿Tiene sentido que todos tomemos el mismo medicamento para tratar una enfermedad si genéticamente somos distintos?

La Medicina nos ha tratado por muchos años como promedios, pero efectivamente, como tú dices, somos genéticamente distintos, por lo tanto, no siempre un remedio va a funcionar igual en dos personas. Cuando se prueba y aprueba un medicamento, puede ser que no sirva para todos, sino para la mayoría. También puede ser que tenga efectos adversos en algunos. Esto ocurre por ejemplo en los cánceres. Hoy en día hemos aprendido que los cánceres son diferentes y que no todos responden de la misma manera a la quimioterapia. Aún si es un solo tipo de cáncer, digamos cáncer de mamas, el tipo de tratamiento va a depender -por ejemplo- de si es sensible o no a estrógenos. Toda la información genética contenida en el tumor nos va a servir para saber cómo es la mejor forma de atacarlo. Lo mismo ocurre con los efectos adversos que pueden tener los medicamentos. Por ejemplo, hace más de 20 años los médicos que recetan el 6MP (que se utiliza para tratar algunas leucemias), se dieron cuenta que era muy tóxico para algunos pacientes. Hoy, luego de estudios genéticos en diferentes cohortes de pacientes que recibieron este tratamiento, se sabe que, analizando un gen, con un test genético barato y rápido, se puede predecir a quien no dar esta droga porque será sumamente tóxica.

 

¿Estamos muy lejos de los tratamientos hechos a la medida de cada persona según sus genes?

No estamos nada de lejos, cada vez son más los tratamientos que se pueden hacer a medida según nuestra composición genética. Esto es lo que hoy en día estamos denominando medicina de precisión, es decir, el tratamiento que te receta el médico va a ser para ti y va a depender, entre otras cosas, de tu información genética. Esto se puede utilizar, por ejemplo, al recetar anticoagulantes orales. Cuando alguien necesita tomarlos, lo que se hace es comenzar con una dosis que se calcula según algoritmos que incluyen información clínica, sexo, edad del paciente y se va ajustando según como vaya respondiendo el paciente a estos anticoagulantes. Esto es desgastante para el paciente, ya que este proceso puede durar hasta meses, sin contar los efectos adversos graves que te imaginarás pueden ocurrir cuando la dosis no está bien ajustada.

Hoy en día sabemos que si analizamos un par de genes de estas personas que tienen que recibir el tratamiento anticoagulante y añadimos esta información al algoritmo que calcula la dosis ideal del fármaco, se llega a esta dosis más rápidamente ya que la influencia de factores genéticos es alta.

 

Según tu investigación, ¿qué tipo de “características” genéticas pueden generar mayor o menor sensibilidad a ciertas enfermedades?

Yo diría que no hay algo común. La característica o variaciones genéticas que afecte la susceptibilidad o sensibilidad a una enfermedad va a depender de los mecanismos que hacen que tú te enfermes. En el caso de la respuesta a los medicamentos, en general tienen que ver con genes que participan en la metabolización de estos medicamentos. En el caso de los cánceres, tiene que ver con cuál es la mutación o mutaciones presentes en el tumor. En el caso de las infecciones, los genes participan en la entrada del patógeno a la célula o en la respuesta inmune del cuerpo hacia ese patógeno. Por eso no hay una receta, primero tenemos que entender como es el mecanismo de la enfermedad, estudiar si podría haber un componente genético y luego pensar cual variación genética podría influir en su desarrollo.

 

¿Qué tipo de enfermedades tienen mayor potencial de ser estudiadas desde esta perspectiva? ¿Por qué?

Las enfermedades que tienen un alto componente genético. Hay enfermedades que son derechamente ambientales, como el escorbuto que se produce por falta de vitamina C, por lo tanto no estudiaría su genética. Hay otras enfermedades que son  multifactoriales, como por ejemplo, la espina bífida. Esta es una malformación que ocurre durante el embarazo mientras el feto se desarrolla y el sistema se “equivoca” y no cierra el tubo neural. Esta enfermedad puede tener un componente genético, pero el componente ambiental es mucho más potente. En este caso el que la madre tome ácido fólico es lo esencial, más que la parte genética. Por eso si queremos ver cómo influye la genética en las enfermedades, tienen que ser enfermedades que en su génesis o en su curso clínico tengan un alto componente que se pueda atribuir a las variaciones genéticas presentes en los individuos.

 

¿Cuáles son los límites éticos para esta investigación? ¿Está bien que sepamos que tenemos una alta probabilidad –por ejemplo- de contraer cáncer?

Si tú puedes hacer algo al respecto, me parece que es completamente ético que sepas que tienes una probabilidad alta de contraer cáncer, porque tú puedes examinarte más seguido o llegar a medidas más extremas. Por ejemplo, si tienes mutación en el gen BRCA, como Angelina Jolie, puedes operarte y sacar las glándulas mamarias y los ovarios para evitar el cáncer como hizo ella.

Hay temas más complicados, con enfermedades en que no hay cura, como por ejemplo el Alzheimer. Para esta enfermedad se conocen variaciones genéticas que predisponen a que tu tengas Alzheimer. El saber que tienes esta predisposición puede generarte más angustia que otra cosa, pero es una decisión individual y hay personas que igual quieren saber.

Según mi parecer es algo muy personal si tú quieres o no tener esta información. Dado que la información genética es personal, mi visión es que uno debiera ser capaz de administrarla y decidir que quiere saber. Lo que sí, es bueno es que alguien que sabe te explique las implicancias. Esto es lo que hace un consejero genético, carrera que en Chile no existe, pero que su misión es explicarte tu información genética de manera que la entiendas y puedas tomar decisiones informadas.  Ahora el problema ético yo lo veo más bien por otro lado… ¿quién más debiera tener acceso a tu información genética? ¿Debiera tu empleador conocer tu información genética?, ¿Deberían los seguros o las isapres tener esta información? Te imaginarás las implicancias que podría tener que tu isapre sepa que tienes predisposición a tener cáncer o Alzheimer. ¿Debiera uno elegir a su pareja según su información genética?

 

¿Existe la posibilidad que en el futuro alteremos nuestro ADN para no sufrir enfermedades?

La posibilidad existe. Hoy esto se hace en modelos animales donde podemos modificar su ADN a nuestro gusto para hacerlo resistente a alguna enfermedad. Sin ir más lejos, este mes se publicó sobre un médico chino que dice que él alteró el ADN de embriones humanos para hacerlos resistentes a la infección por VIH. Las herramientas existen y es cada vez menos ciencia ficción, pero aquí sí hay un tema ético importante, ya que estaríamos eligiendo o modificando los embriones para ser “mejores” o “más resistentes”. Además, esto podría traer problemas más tarde ya que las herramientas que existen para modificar el genoma no son perfectas y se ha visto que, aunque uno las diseñe para hacer un cambio específico, no siempre funcionan tan específicamente y pueden alterar otros genes además de nuestro gen blanco. Como yo lo veo, el desafío es poder realizar estos tratamientos en que alteramos el ADN en adultos, te enfermas y alteramos el ADN del órgano o del tipo celular que se necesite y listo, ¡te sanaste! Pero de esto sí estamos más lejos.

 

Recién se presentaron las autoridades del nuevo Ministerio de Ciencia, tecnología, conocimiento e innovación, ¿es necesario un ministerio? ¿Cuál es la política pública más relevante que crees que se podría impulsar para tener más ciencia en Chile?

Lo que es necesario es tener políticas claras respecto a la Ciencia en Chile. Si eso necesitó de un Ministerio para que suceda, entonces sí lo necesitamos. Necesitamos que haya una visión país integral que nos lleve más lejos en ciencia y no políticas aisladas. No puede ser que en un momento se decida mandar a cientos de jóvenes a hacer doctorados fuera, pero no hay nada pensado para su vuelta y terminamos con personas altamente capacitadas, que no tienen lugar para trabajar ni en universidades ni en el sector privado.

Ese tipo de políticas tienen que ser más pensadas, por ejemplo, en qué áreas el país necesita gente haciendo ciencia y necesitamos que se capaciten y así poderles dar prioridad. Necesitamos políticas a largo plazo que nos lleven a algún lado de aquí a 10 o 20 años más. Otra cosa importante es que la ciencia no tiene que ser algo que hagamos los científicos encerrados en nuestros laboratorios y luego conversemos entre nosotros en los congresos. La divulgación científica que permita que cualquier chileno entienda en qué tipo de ciencia está invirtiendo el país también es una tarea importante de este Ministerio, que se la impuso el Presidente en su discurso inaugural. Esto también ayuda a que se impulse la ciencia en el país, que todos sepamos que se está haciendo y cuáles son las implicancias. Hay tratamientos contra el cáncer o algoritmos matemáticos que analizan twitter que tienen implicancias en nuestro día a día, pero nadie sabe que se hicieron aquí, por lo tanto, está la sensación de que la ciencia no sirve. Pero yo te aseguro que sí sirve y todos los días aprendemos cosas, pero nos falta que la gente note en su vida como estos nuevos conocimientos le afectan, para que entiendan para qué sirve la ciencia y que es bueno que como país invirtamos en ella.

 

 

 

 

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