Voto obligatorio: evidencia y consecuencias para el sistema político

Autor: Bernardo Mackenna – UCSD

 

A partir de los eventos del 18 de octubre, el debate público chileno se ha activado a niveles inéditos desde el retorno de la democracia: hoy, toda institución, ley, o principio que opera en nuestra política se encuentra expuesta a un escrutinio técnico y ciudadano quizás nunca antes visto. Entre estas discusiones, una que capturó recientemente la atención de la ciudadanía fue la relativa al carácter del voto, culminando en el rechazo en el parlamento de una moción que proponía reinstaurar el voto obligatorio (VO), reemplazado por voto voluntario en 2012. Esta columna pretende, a partir de la evidencia disponible para Chile y otros países, ofrecer una revisión a los eventuales efectos en el sistema político que el VO podría tener. Por cierto, cuando analizamos políticas, no sólo es importante considerar sus efectos, sino que además los medios que utiliza: en este caso, una constricción de las libertades individuales a través de una obligación. No obstante, dejaré ese debate para otra ocasión, y me limitaré a discutir las consecuencias políticas del VO.

El primero, y quizás más obvio, de los efectos del VO es el que tiene en la participación electoral: existe un consenso bastante generalizado entre los investigadores del área que el VO es uno de los mecanismos más eficaces y eficientes para aumentar la participación (Franklin, 1999; Fowler, 2013). Es importante destacar que la investigación al respecto también ha mostrado que no todas las normas de VO son iguales: su efectividad depende en gran medida de su capacidad para ejercer la norma sobre los ciudadanos, típicamente a través de sanciones como multas (Panagopoulos, 2008). Obviamente, VO no implica necesariamente participación completa, pero la evidencia sugiere que es la institución que más nos acercaría a ese escenario. Y es a través de la participación (casi) completa que el VO promueve otro efecto ampliamente discutido, y de particular relevancia para el caso chileno: la reducción de las brechas socioeconómicas en asistencia a las urnas (Irwin, 1974; Hooghe & Pelleriaux, 1998; Louth & Hill, 2005). Evidencia cuasiexperimental de Chile (Mackenna, 2015), Argentina (Jaitman, 2013), y Austria (Hoffman, León, & Lombardi, 2017)-entre otros- sugiere que el VO generalmente iguala las tasas de votación por estatus socioeconómico, acercando las democracias al principio de igualdad política. Sin embargo, otros investigadores han sugerido que la manera en la que obligación es normada institucional puede tener el efecto inverso: si la compulsión es más intensa en los grupos aventajados, puede llegar incluso a aumentar las desigualdades en las urnas (Cepaluni & Hidalgo, 2016).

La participación (casi) completa con VO ofrece otra dimensión de la composición del electorado: el nivel de información de los votantes. Si bien la literatura especializada sugiere efectos mixtos del VO en información política (Loewen, Milner, & Hicks, 2008; Selb & Lachat, 2009), estudios recientes sugieren que mientras más fuerte sea la compulsión por votar, más el VO aumenta lo informado de los votantes (Sheppard, 2015). Uno de los efectos más discutidos del VO es el que tendría en resultados electorales: mientras algunos estudios sugieren que favorecería a la izquierda en referéndums (Bechtel, Hangartner, & Schmid, 2016), otros muestran que no producen cambios significativos en sistemas proporcionales (Ferwerda, 2014). Sin embargo, donde la evidencia es más consistente es respecto a las políticas que se implementan: en promedio, las democracias con VO tienden a favorecer más las políticas redistributivas (Chong & Olivera, 2008; Matta, 2009), sin necesariamente aumentar el gasto público (Hoffman, León, & Lombardi, 2017). ¿Cómo es posible que el VO tenga un efecto en las políticas implementadas, sin tener un efecto claro en el éxito de los partidos? La evidencia sugiere que esto ocurre en la medida en la que VO altera los incentivos de los candidatos: cuando la participación está más homogéneamente distribuida entre la población, los políticos (tanto de izquierda como de derecha) recurren a plataformas más redistributivas para ser electos (Hill & Leighley, 1992).

En síntesis, la evidencia disponible sugiere que el VO aumenta la participación electoral, reduce la desigualdad política; tiene efectos ambiguos con respecto a información del electorado y a la distribución ideológica de los votos; aunque aún así promueve las políticas redistributivas. De nuevo, la evaluación política y normativa de si es que el VO es deseable para Chile pasa por mucho más que sólo sus efectos. Sin embargo, espero que esta breve revisión sea un aporte para promover un debate informado, que no sólo considere los derechos y deberes individuales involucrados en el acto de votar, sino que además lo entienda como una acción verdaderamente colectiva, donde uno de los principales principios que como sociedad valoramos está en juego: la democracia.

 

Referencias:

Bechtel, M. M., Hangartner, D., & Schmid, L. (2016). Does compulsory voting increase support for leftist policy? American Journal of Political Science, 60(3), 752-767.

Cepaluni, G., & Hidalgo, F. D. (2016). Compulsory voting can increase political inequality: Evidence from Brazil. Political Analysis, 24(2), 273-280.

Chong, A., & Olivera, M. (2008). Does compulsory voting help equalize incomes? Economics & Politics, 20(3), 391-415.

Ferwerda, J. (2014). Electoral consequences of declining participation: A natural experiment in Austria. Electoral Studies, 35, 242-252.

Fowler, A. (2013). Electoral and policy consequences of voter turnout: Evidence from compulsory voting in Australia. Quarterly Journal of Political Science, 8(2), 159-182.

Franklin, M. N. (1999). Electoral engineering and cross-national turnout differences: what role for compulsory voting? British Journal of Political Science, 29(1), 205-216.

Hill, K. Q., & Leighley, J. E. (1992). The policy consequences of class bias in state electorates. American Journal of Political Science, 36(2), 351-365.

Hoffman, M., León, G., & Lombardi, M. (2017). Compulsory voting, turnout, and government spending: Evidence from Austria. Journal of Public Economics, 145, 103-115.

Hooghe, M., & Pelleriaux, K. (1998). Compulsory voting in Belgium: An application of the Lijphart thesis. Electoral Studies, 17(4), 419-424.

Irwin, G. (1974). Compulsory voting legislation: Impact on voter turnout in the Netherlands. Comparative Political Studies, 7(3), 292-315.

Jaitman, L. (2013). The causal effect of compulsory voting laws on turnout: Does skill matter? Journal of Economic Behavior & Organization, 92, 79-93.

Loewen, P. J., Milner, H., & Hicks, B. M. (2008). Does compulsory voting lead to more informed and engaged citizens? An experimental test. Canadian Journal of Political Science, 41(3), 655-672.

Louth, J., & Hill, L. (2005). Compulsory voting in Australia: Turnout with and without it. Australian Review of Public Affairs, 6(1), 25-37.

Mackenna, B. (2015). Composición del electorado en elecciones con voto obligatorio y voluntario: un estudio cuasi-experimental de la participación electoral en Chile. Revista Lationamericana de Opinión Pública, 5(1), 49-97.

Matta, J. J. (2009). El Efecto del Voto Obligatorio Sobre las Políticas Redistributivas: Teoría y Evidencia para un Corte Transversal de Países. Santiago de Chile: EH Clio Lab. Instituto de Economía. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Panagopoulos, C. (2008). The Calculus of Voting in Compulsory Voting Systems. Political Behavior, 30(4), 455-467.

Selb, P., & Lachat, R. (2009). The more, the better? Counterfactual evidence on the effect of compulsory voting on the consistency of party choice. European Journal of Political Research, 48(5), 573-597.

Sheppard, J. (2015). Compulsory voting and political knowledge: Testing a ‘compelled engagement’ hypothesis. Electoral Studies, 40, 300-307.

 

 

 

 

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